miércoles, 25 de junio de 2014

BREVE CARTA DE AMOR. Nizar Qabbani




Querida mía, tengo mucho que decirte,
¿por dónde empiezo, preciosa?
Todo lo que hay en ti es magnífico.
Oh, tú que haces que mis palabras signifiquen
capullos de seda,
éstas son mis canciones y éste soy yo,
este breve libro nos contiene
mañana cuando vuelva a sus páginas,
una lámpara se lamentará,
un lecho cantará
sus letras de añoranza se tornarán verdes
sus comas estarán a punto de echar vuelo,
no digas: ¿por qué este joven
habló de mí al camino ondulante y a la corriente
al almendro y al tulipán
para que el mundo me escorte donde quiera que vaya?
¿Por qué cantó estas canciones?
Ahora no hay estrella
que no esté perfumada con mi fragancia
mañana la gente me verá en sus versos
en la boca el sabor al vino, los cabellos cortados cortos
ignora lo que la gente dice
serás grande solo a través de mi gran amor
¿Qué habría sido el mundo si no hubiéramos existido
si tus ojos no hubieran sido, qué habría sido el mundo?

lunes, 23 de junio de 2014

LA DESTILACIÓN


Los medios de separar los líquidos a través de las diferencias en sus puntos de ebullición, fue inventada alrededor del año 800 por el científico más importante del Islam, Jabir ibn Hayyan, que transformó la alquimia en química, y se le debe la invención de muchos de los procesos básicos y aparatos en uso de hoy en día -la licuefacción, cristalización, destilación, purificación, oxidación, evaporación y filtración. Así como el descubrimiento del ácido sulfúrico y nítrico, inventó el alambique, dando al mundo el agua de rosas y perfumes intensos y otras bebidas alcohólicas (aunque beber bebidas alcohólicas es haram, o prohibido en el Islam). 

Ibn Hayyan se destacó en la experimentación sistemática y fue el fundador de la química moderna.

http://paginasarabes.com

viernes, 20 de junio de 2014

FRAGMENTOS DE BAGDAD. Sinan Antoon

Cuando Yúsuf se detiene a contemplar sus viejas fotografías se dice a sí mismo que tiene <<más de ochenta años, la mayor parte de los cuales son pasado>>. Y con ello no hace sino pensar en su juventud, en su familia descompuesta y en sus amores huidos. Pero también piensa en su ciudad. Bagdad es atentados, pero no solo. Bagadad es fanatismo, pero no solo. Bagdad es exaltación, pero no solo. La capital de Iraq también ha sabido brillar.

Por su parte Maha, al escuchar a su tío, solo puede reprocharse su ceguera: ¿hay alguien capaz de tener esperanzas en un lugar como este?, ¿cómo hacerlo en un país empeñado en acabar consigo mismo?, ¿cómo en esta ciudad, donde la pantalla del televisor nos anuncia los muertos del día y la del ordenador nos muestra la prosperidad de la familia emigrada?

Fragmentos de Bagdad es un muy particular acercamiento a una de las grandes ciudades con más pasado y, solo en apariencia, con menos presente.



Yúsef viste traje de chaqueta oscuro y corbata y está sentado ante una mesa de despacho sobre la que se aplian carpetas y papeles. Durante las primeras semanas en el puesto, su cometido se limitó a traducir al árabe la correspondencia que se recibía en inglés, y también a escribir o traducir al inglés la correspondencia relativa a los contratos, las ofertas y las negociaciones. Yúsef aprovechaba el hastío de los ratos libres para echar un vistado a los libros que había en aquel pequeño departamento, la mayor parte de los cuales tenían que ver con la agricultura y el comercio. Llamó su atención uno escrito por un orientalista llamado Roger Kingsley, titulado "El árbol sagrado: la palmela en las civilizaciones semíticas". Algunos términos difíciles tuvo que buscarlos en el diccionario y fue apuntándolos en un cuaderno de notas. Más tarde se le ocurrió la idea de traducir el libro porque el autor aunaba la erudición con un estilo ameno, y también porque estaba lleno de datos históricos sorprendentes. Comenzó por un capítulo breve, que fue traduciendo a diario cuando se le presentaba la ocasión.

Le fascinó la introducción histórica sobre la palmera  y su prestigio entre los antiguos iraquíes. La palmera tenía un carácter sagrado, hay relieves y dibujos que la representan en altares babilonios y asirios, en los muros de los templos, a la entrada de las ciudades, en los tronos y en las coronas. Con el dátil se fabricaban medicamente y la <<bebida de la vida>>. El Código de Hamurabi castigaba a quien arrancase una palmera. En otro apartado instaba a los campesinos a no descuidar los palmerales y a ejecutar con cuidado la poda y la polinización. La palmera era símbolo de victoria y bendición. Los reyes sostenían palmas en la mano en señal de ello. El autor había dedicado unos capítulos a la palmera en el islam y destacaba su importancia en la tradición musulmana, desde la azora de Mariam, en la que se cuenta cómo ella agitó el tronco de la palmera para que cayera su cosecha de frutos, hasta la discripción que en el Corán se hace del paraíso, donde aguarda a los creyentes el fruto de las palmeras y los granados. Seguidamente abordaba la cuestión de la tradición profética que dice: <<Cas sin dátiles, familia con hambre>>.

Con el paso del tiempo, también para Yúsef la palmera -los millones de palmeras del país- se convirtieron en algo casi sagrado, en la base de su sustento. Aunque no llegase jamás a trabajar en su cultivo y cuidado con sus propias manos, pasó más de media vida trabajando en una empresa datilera.

Con una extraña combinación de delicadeza e intensidad, esta novela consigue revelar las múltiples facetas del Bagdad actual y de sus antagónicos personajes, demostrando que entre las ruinas también hay espacio para respirar.

(...) No sabía que aquella palmera, sagrada entre los iraquíes de la antigüedad por significar el origen y pervivencia de la vida, llegaría a ocupar también para él un lugar preeminente (...)

(...) Luego llegan otros, que no saben nada, que tal vez sean analfabetos, y con pulsar un botón o apretar un gatillo despedazan un cuerpo. Sangre por todas parte y el país convertido en una gigantesca sala de disección. Solo que aquí los esperimentos se hacen con vivos (...)

(...) Sobre todo cuando veo las imágenes de esos hombres con turbante, rabiosos, con la cabeza tan dura como el corazón, cuando los veo rebuznar en la televisión (...) Antes nos asqueaba ver la imagen de Saddam por todas partes, ahora las de estos otros proliferan como las amebas. Tal vez sea el mismo tejido corrupto, clonado e implantado de nuevo (...) Estoy cansada de la deprimente gama de grises que ahoga Bagdad (...)

(...) Cada cual llora por su Iraq feliz (...) Tal vez consiga ser feliz allá, lejos de Iraq. Lejos de la muerte, de los atentados, de todo este rencor que corre por sus venas. Les dejaremos el país a ellos para que lo quemen, para que mutilen su cadáver. Ya derramarán lágrimas por él cuando todo haya pasado (...)

(...) Se propagó el lenguaje de la muerte, estalló el estruendo de las explosiones y los atentados, quebrando así la tranquilidad en la que creímos que íbamos a vivir (...)

(...) Al principio todos nos alegramos de la caída de Saddam (...) Pero imaninaba, como muchos otros, que Iraq se convertiría en una especie de Hong Kong, tal y como decían las noticias. lo que no imaginó es que lo iban a convertir en una especie de Somaria (...) El caos se instaló por todas partes a raíz de la ocupación permitió que aquello en lo que pensábamos en un principio que no era más que un rumor de fondo fuera cobrando volumen, que comenzaran a emplearse expresiones y palabrar raras (...)

 Editado por Turner Kitab

Sinan Antoon
Nacido en Bagdad en 1967, es hijo de padre iraquí y madre americana.
Se diplomó en Literatura inglesa por la Universidad de Bagdad en 1990, un año más tarde, debido a la Guerra del Golfo, se traslada a Estados Unidado.
Actualmente es profesor en la Gallatin School de la Universidad de Nueva Cork. Fue finalista con esta novela del Internacional Prize for Arabic.











Internacional Prize for Arabic Fiction (IPAF) es uno de los premios literarios más prestigiosos e importantes del mundo árabe.
Su objetivo es premiar la excelencia en la creación literaria árabe contemporánea y animar a los lectores de la literatura árabe de alta calidad a nivel internacional a través de la traducción y publicación del ganador y finalista a otros idiomas.
Además del premio anual, IPAF apoya iniciativas literarias y en 2009 puso en marcha la primera edición del Nadwa (Taller de escritores) para los aspirantes a escritores de todo el mundo árabe.
El Premio se ejecuta con el apoyo de la Fundación del Premio Booker en Londres y financiado por TCA Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos. 



 

jueves, 19 de junio de 2014

¡¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!!!



Hace un año, con motivo de la publicación de mi primer libro de cuentos Tras las huellas de Sherezade abría este blog.

Hoy se han superado las 10.000 visitas. Por este motivo quiero, desde aquí, dar las gracias a todos los que durante estos 365 días me habéis acompañado a través de las páginas de sus páginas.

Hemos paseado por Siria, por sus ciudades de ensueño, por sus museos plagados de historia, por sus zocos, nos hemos acercado a su gastronomía..., siendo Palmira lo que más os ha gustado. 

Os he hablado de los libros que leo y El sueño del olivar os ha cautivado tanto como a mí. He publicado cuentos de otros autores, siendo El mudo del escritor egipcio Amr El Kady el que más os ha gustado.

He llenado las páginas con algunos de los cuentos premiados y finalistas del III Concurso Internacional de Microrrelato Museo de la Palabra, entre los que se encuentra el mío El último viaje.

En Comienzos descubristeis mi pasión por la literatura. Os he llenado Un año de imágnes. Hemos conmemorado el 130 aniversario del nacimiento de Kafka. Con los Tres Reyes Magos viajamos a la leyenda. La noche de difuntos escuchamos a Don Juan Tenorio. 

Y mi cuento Ibrahim (incluido en el libro Tras las huellas de Sherezade) ha sido traducido al árabe gracias a Aml Desouky Sayed.

Me visitáis desde España, EEUU, Rusia, Alemania, Argentina, México, Chile, Egipto, Ucrania, Colombia, Venezuela, Italia, Ecuador, Francia, Países Bajos, India, Pakistán, Palestina, Siria, Jordania, Sri Lanka...

En él he encontrado a maravillosos colaboradores: Alejandro Chanes, Cristina Vázquez, Manuel Moreno, Marieta Alonso... 

Hemos asistido al nacimiento de nuevos libros de La Colección el Pez Volador.

Por todo ello quiero enviaros un abrazo enorme desde este blog que nació con la idea de acercarnos, de posibilitar el entendimiento... aunque hablemos otro idioma, aunque tengamos distintas creencias, distinta cultura, distintos horarios... y con el deseo de unirnos a través de la literatura.

 

 

 

 

 

miércoles, 18 de junio de 2014

LA VENGANZA DE MUDARRA



A cazar va don Rodrigo, y aun don rodrigo de Lara:
con la grande siesta que hace arrimándose ha a una haya,
maldiciendo a Mudarrillo, hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese, que le sacaría el alma.

El señor estando en esto, Mudarillo que asomaba.

-Dios te salve, caballero, debajo la verde haya.
-Así haga a ti, escudero, buena sea tu llegada.
-Dígasme tú, el caballero, ¿cómo era la tu gracia?
-A mí me dicen don rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo gustos, hermano de doña Sancha;
por sobrinos de los hube los siete infantes de Salas;
espero aquí a Mudarrillo, hijo de la renegada;
si delante lo tuviese, yo le sacaría el alma.
-Si ati te dince don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara,
a mí Mudarra González, hijo de la renegada;
de Gonzalo Gustos hijo y amado de doña Sancha;
por hermanos me los hube los siete infantes de Salas.

Tú los vendiste, traidor, en el val de Arabiana,
mas si Dios a mí me ayuda, aquí dejarás el alma.

 -Espéresme, don Gonzalo, iré a tomar las mis armas.
-El espera que tú diste a los infantes de Lara,
aquí morirás, traidor, enemigo de doña Sancha.

Quiero dar las gracias a Justo Alarcón por publicar en su Webmaster Romances viejos anónimos. WWW.LOS-POETAS.COM

lunes, 16 de junio de 2014

IV PREMIO INTERNACIONAL DE MICRORRELATOS "MUSEO DE LA PALABRA"





La Fundación César Egido Serrano convoca el

IV Premio Internacional de Microrrelatos
“Museo de la Palabra”

Teniendo como premisa fundamental, el objetivo de la Fundación: “La palabra como vínculo de la humanidad, frente a toda violencia”, y la capacidad que la palabra tiene para unir a los pueblos, se convoca la IV Edición de concurso, bajo el lema:

“Mandela: Palabra y Concordia”

BASES DEL CONCURSO:

  1. Se convoca la IV Edición de Premio Internacional de Microrrelatos Fundación César Egido Serrano - Museo de la Palabra.
  2. Podrán participar cuantos escritores de cualquier país del mundo lo deseen.
  3. Los originales cuya temática será libre (dos por autor, como máximo) estarán escritos en cualquiera de las siguientes lenguas: Español, Inglés, Árabe o Hebreo.
  4. Se establece un premio absoluto de 20.000 dólares para el mejor relato en cualquiera de las lenguas autorizadas en el certamen.
  5. Se concederán tres accésits de 2.000 dólares cada uno para los mejores relatos de cada una de las otras lenguas admitidas en el concurso, y no ganadoras del premio principal.
  6. Los relatos no podrán superar las 100 palabras. Se enviarán exclusivamente rellenando el formulario que se encontrará en la página web de la Fundación: www.fundacioncesaregidoserrano.com o www.museodelapalabra.com. Los textos serán originales, inéditos en todos los medios (en papel, blogs, publicaciones electrónicas, en red…) y que no hayan sido premiados en cualquier otro certamen. Los que no cumplan esta condición desde la convocatoria hasta el fallo del premio serán descalificados.
  7. El autor se responsabiliza y certifica que el relato presentado es de su única autoría.
  8. El plazo de recepción de originales terminará a las 24h (hora peninsular española) del Día Internacional de la Palabra como Vínculo de la Humanidad (lema de la Fundación), el 23 de noviembre de 2014.
  9. El Jurado evaluador hará una selección cuantos finalistas considere oportuno. El listado de los títulos finalistas será publicado en la página web de la Fundación César Egido Serrano.
  10. La Fundación César Egido Serrano se reserva el derecho de publicar los relatos finalistas.
  11. La resolución del Jurado será inapelable.
  12. La inscripción en este certamen supone la total aceptación de sus bases.
  13. Los textos que incumplan cualquiera de las bases serán descalificados.

viernes, 13 de junio de 2014

AL ENTRAR AL MAR, de Nizar Qabbani



El amor vino al fin
y penetramos en el paraíso de dios,
deslizándonos
bajo la piel del agua
como peces.

Contemplamos las preciosas perlas del mar
y quedamos atónitos.

El amor vino al fin
sin intimidación... con la simetría del deseo.

Y yo di... y tú diste
y fuimos correctos.

Sucedió con maravillosa facilidad
como escribir con agua de jazmín,
como una fuente que brota del suelo.


lunes, 9 de junio de 2014

EL EMIRATO y EL CALIFATO DE CÓRDOBA




El Emirato (756-929)
Tras la invasión musulmana, la mayor parte de la península ibérica se convirtió en una nueva provincia del califato islámico (imperio musulmán), Al-Andalus. Al frente de este territorio se colocó a un Emir o gobernador que actuaba como delegado del Califa musulmán, por entonces perteneciente a la dinastía Omeya, con capital en ciudad de Damasco.

Los musulmanes realizaron algunas incursiones por el norte de la Península, pero fueron derrotados por los astures en Covadonga (722). También penetraron en suelo franco, donde ocuparon ciudades como Narbona, pero sufrieron un duro golpe ante el ejército de los francos en las proximidades de Poitiers (732). Esta batalla supuso el fin de la expansión árabe musulmana en Europa.

A mediados del siglo VIII tuvo lugar un hecho clave. La dinastía Omeya fue víctima de la revolución Abasí, familia que se adueñó del Califato. Un miembro de la familia derrotada logró escapar, refugiándose en Al-Andalus, donde, gracias a los apoyos que encontró, se proclamó emir. Se trataba de Abd-al-Rahman I (756-788), con quien comenzaba en Al-Andalus el período conocido como emirato independiente, debido a que acabó con la dependencia política de los califas abasíes, que habían establecido su sede en la ciudad de Bagdad. Al-Andalus siguió reconociendo al Califa Abasí como líder espiritual del mundo musulmán.

Abd-al-Rahman I fijó su capital en la ciudad de Córdoba e inició la tarea de construcción de un estado independiente en Al Andalus. Para ello necesitaba fundamentalmente tres cosas: un ejército, unos ingresos económicos, y sofocar las posibles revueltas de sus enemigos. El desafío al poder central de Córdoba fue una constante en las grandes familias nobles musulmanas asentadas en las diversas regiones de Al-Andalus.



El Califato de Córdoba (929-1031)

Un importante paso en el fortalecimiento de Al-Andalus se dio en el año 929, cuando el emir Abd-al-Rahman III (912-961) decidió proclamarse Califa, cargo en el que confluían el poder político y el religioso. “Nos parece oportuno que, en adelante, seamos llamado Príncipe de los Creyentes”, se escribía en una carta que el nuevo califa envió a sus gobernadores.

El Califa residía en el alcázar de Córdoba, situado junto a la gran mezquita. Unos años después de su autoproclamación, Abd-al-Rahman III ordenó construir, al oeste de la capital, la impresionante ciudad-palacio de Madinat al-Zahra, convertida en residencia califal y en el centro del poder político de Al-Andalus.


Almanzor y la crisis del Califato de Córdoba
En las últimas décadas del siglo X, Almanzor se hizo con el poder efectivo en Al-Andalus; ejercía el cargo de hachib, una especie de primer ministro. Mientras tanto, el califa de la época, Hisham II (976-1009), vivía recluido en el palacio de Madinat al-Zahra sin ejercer en lo más mínimo el poder político. 


Almanzor, que basó su poder en el Ejército, integrado sobre todo por soldados bereberes, organizó terroríficas campañas contra los cristianos del norte peninsular. Su muerte en año 1002 inició el proceso de descomposición política (fitna) que llevó al fin del Califato en el 1031.



La crisis del siglo XI: los Reinos de Taifas

 
La muerte de Almanzor en 1002, tras sufrir una derrota en Calatañazor, abrió en al-Ándalus una larga etapa de fragmentación y disputa (fitna). En menos de treinta años nueve califas se sucedieron en el trono, finalmente el califato de Córdoba terminó por desaparecer en el año 1031. En su lugar surgió un mosaico de pequeños reinos, llamados de taifas expresión que significa “banderías”.

De forma paulatinas las taifas o banderías de Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia y Zaragoza fueron independizándose del poder central de Córdoba.

En un principio el Califato se fragmentó en veintisiete reinos de taifas. Los más débiles fueron desapareciendo y fueron anexionados por los más poderosos.

Estos pequeños reinos, mucho más débiles que el Califato, se mostraron sumisos hacia los dirigentes cristianos, a los que entregaban unos tributos llamados parias. Mientras tanto, el avance de la reconquista cristiana culminó con la conquista de Toledo en el 1085.

Una vez rota su unidad, al-Ándalus estuvo a merced de los cristianos del norte, que procedieron a la ocupación paulatina de los territorios que habían estado bajo el poder musulmán. No obstante, ese proceso no fue lineal, pues hubo momentos de corta duración en los que la unidad andalusí pudo reconstruirse. 


En esos casos, el impulso vino del norte de África, con las invasiones de los almorávides y los almohades. Pero, a partir de la derrota de estos últimos en las Navas de Tolosa (1212), el avance cristiano fue imparable y la España musulmana acabó reducida al pequeño reino de Granada.



La crisis del siglo XI:

Los imperios norteafricanos

La debilidad del Al-Andalus fragmentado en los reinos de Taifas permitió a los reinos cristianos del norte tomar la iniciativa militar en la península. Esta superioridad cristiana se vio dos veces interrumpida por la irrupción en Al-Andalus de dos invasiones norteafricanas que consiguieron de forma efímera recuperar la unidad de la España musulmana.

La pérdida de Toledo en el año 1085 fue un duro golpe para los musulmanes de Al Andalus. La reacción fue llamar en su ayuda al poder que se se había hecho fuerte al otro lado del estrecho de Gibraltar: el imperio almorávide.

En el año 1086 llegaron los almorávides, agrupación de tribus bereberes dedicadas a la ganadería, que poco antes habían creado un imperio en el norte de África.

Caracterizados por el rigor religioso, los almorávides acabaron con los taifas, unificaron el poder político en al-Ándalus y lograron contener el avance de los cristianos hacia el sur. Sus éxitos militares más importantes fueron las batallas de Sagrajas (1086) y de Uclés (1108). 

El poder almorávide fue efímero. A mediados del siglo XII la unidad de Al-Andalus se vino abajo y la fragmentación política trajo los conocidos como Segundos Reinos de Taifas.

Más tarde llegaron a la Península Ibérica los almohades, que habían constituido unos años antes en el Magreb un nuevo imperio, también formado por bereberes

Los almohades no solo unificaron nuevamente al-Ándalus, sino que hicieron frente a los cristianos logrando algunos éxitos notables, como el obtenido en Alarcos (1195) contra Alfonso VIII de Castilla. También en este período se construyeron algunos edificios emblemáticos de la España musulmana como la Giralda de Sevilla.

Sin embargo, el intento almohade de reunificación de Al-Andalus también fracasó. El momento clave fue la aplastante derrota sufrida ante los cristianos en las Navas de Tolosa (1212). El hundimiento del imperio almohade llevó de nuevo a la fitna. Las nuevas taifas no pudieron resistir el avance cristiano que resultó prácticamente incontenible. La España musulmana quedó reducida al reino nazarí de Granada.





Historiasiglo20.org/Al-Andalus


domingo, 8 de junio de 2014

EL MOLINO DE VIENTO

 
Molinos de Nashtifan - Irán

El molino de viento fue inventado en el año 634 por un califa persa y fue utilizado para moler el maíz y preparar el agua para el riego. 

En los vastos desiertos de Arabia, cuando los arroyos estacionales se secaron, la única fuente de energía era el viento que soplaba constantemente, pasando en una dirección durante meses.

Los molinos tenían seis o doce velas cubiertas con hojas de tela o de palma.

Fue 500 años antes del primer molino de viento visto en Europa.


viernes, 6 de junio de 2014

LA ISLA de Manuel Moreno Nieto

 Manuel Moreno Nieto, autor del libro de cuentos "Nunca llegarás a nada" es compañero del Taller de Escritura Creativa de Clara Obligado y, desde hoy, colaborador de este blog. 
El cuento La Isla está incluido en el libro del mismo nombre editado por Clara Obligado



Después de una hora nadando, el náufrago consiguió alcanzar la playa. Hizo inventario de sus pertenencias: un paquete de cigarrillos mojados y un teléfono móvil con recarga por energía solar. La camisa se perdió, pero los pantalones los llevaba puestos. Un auténtico Robinson Crusoe.

Sabía que el barco se fue a pique entre las islas frondosas de un pequeño archipiélago y, después de descansar, se dispuso a reconocer la zona, no sin antes tomar la precaución de dejar el móvil con los cigarrillos en un pequeño montículo. Así tendría controlado el punto de partida: su meeting point. Miró la vegetación y entró despacio, apartando las ramas, hasta que se hizo bastante oscuro. Oyó el zumbido y vio de frente algo, como un insecto grande que se dirigía volando hacia él. Lo esquivó y se quedó asustado e inmóvil. Luego algo le chocó contra la espalda y resbaló por su columna vertebral. Echó a correr: su respiración era violenta, entrecortada, ruidosa. Otro se le estrelló contra un muslo en la carrera. Concentraba sus cinco sentidos en salir, destrozándose la garganta en voces de auxilio. Alcanzada la caliridad se lanzó al mar sin dudarlo, como si el agua fuese su salvación. Nadó mar adentro, asegurándose de que no le quedaban restos de los ataques suicidas. Luego, más tranquilo, braceó hacia la playa. Oyó el móvil. Bendijo la energía solar y el calor que evaporó el agua:

- ¿Sí?...
- Jorge..., ¿eres tú?...
- Sí..., sí..., soy yo...
- Gracias a Dios, Jorge. Pensamos que te habías perdido, que te habías muerto ahogado...
- Sí, el barco se hundió...
- ¿Y tú dónde estás, Jorge?
- En una isla...
- ¿Hay algo comestible?
- Como no me coma los bichos...
- ¿Bichos..., de qué bichos hablas?
- Hay unos bichos que se chocan conmigo...
- ¿Bichos que se chocan? ¿Cómo son?
- Como enormes insectos..., pero gordos..., largos...
- Qué raro, Jorge, parece...
- ¡María, es verdad!
- Puede que los nervios te hayan traicionado. Relájate y piensa que son una alucinación...
- ¡María..., están aquí..., en los árboles...!
- Tengo que avisar a la policía y a los guardacostas para que te localicen. Te llamo lo antes posible.

Él se quedó sentado, abrazando sus rodillas. ¿Y si los bichos no existiesen y solo fuesen un delirio? No..., los vio..., chocaron contra él..., ¿los choques son alucinaciones...?

Penetró de nuevo en la espesura para averiguarlo. cuarenta metros adentro el primer bicho le estalló en el hombro. Ahogó su grito. Cien metros más adelante otro ataque, al brazo izquierdo..., aunque debía comer: cocos, frutas..., lo que sea. Siguió agitando ramas, esperando árbol tras árbol que algo cayese..., pero nada. Cuando se cansó de buscar, embrendió la retirada, durante la que tuvo tres agresiones más. Los restos de las colisiones se los sacudía ya indolente. Caminaba incluso despacio para demostrar a esos kamikazes que no les temía. De pronto, cuando estaba a punto de salir, uno de ellos se le puso frente a la cara agitando sus alas. Vio un ser con antenas emitiendo humo de forma discontinua. Después se le estrelló en la frente.

No eran delirios. Jorge salía de nuevo a la playa con los restos del último impacto bajándole por la cara. Una parte de ellos le entró en la boca y le sorprendió: el sabor era familiar, casero..., de total confianza. Al mismo tiempo cayó en la cuenta de que nunca vio que los bichos chocasen con los árboles..., o entre sí. Las perespectivas de supervivencia habían cambiado: eran comestibles y, además, no había que buscarlos porque iban a por él. Cuando se acercaba al meeting point corrió de nuevo al móvil cuya llamada emergía entre el rumor de las olas:

- ¿Sí?
- Jorge, tengo aquí a la policía y a los de Salvamento con aparatos para localizarte...
- Las cosas van algo mejor..., creo que mientras me salváis o no, podré sobrevivir. Puedo comerme a los bichos...
- ¿Otra vez con los bichos que te atacan? ¡No me jodas, Jorge!
- Son comestibles, María. Te lo digo en serio, están muy ricos...
- Jorge, respóndeme, por favor: ¿has encontrado comida?, ¿has comido algo?
- Lo he probado, pero la próxima vez que hablemos seguro que estaré mejor.
- Jorge, cariño estás delirando. Si estás bajo el sol busca una sombra cuanto antes. Ponte a cubierto y no cortes la comunicación bajo ningún concepto, que todavía no te tenemos.
- No estoy delirando, María -se rascó la nuca considerando imposible hacer verosímil su relato-. Todo lo que te cuento es cierto.
- Jorge, no puede ser. No cuelgues. Te encuentras mal...
- ...
- ¿Jorge?... ¿Jorge?...
- ...

Jorge había cortado la comunicación. No quería explicarse más. Estaba agotado. Demasiadas impresiones y esfuerzos para solo unas horas. Anocheció y se hizo el momento de que el sueño le venciese.

Cuando despertó, a la mañana siguiente, lo primero que hizo fue ir a los árboles, pero esta vez no estaba desprevenido. En cuanto escuchó el zumbido se agazapó bajo unas ramas. Dejó que se acercase y, en un salto, atrapó al atacante con las dos manos, pero se retorció para escaparse y finalmente reventarle en el pecho. Ahora, con total tranquilidad, Jorge empezó a comer de aquellos restos que recogía según le chorreaban. regresaba a su infancia, a épocas en las que se sintió amado y protegido. Otro impacto, más o menos por la nuca, le siguió aliviando el hambre según se ponía la mano detrás. Ya no sentía ganas de llorar. No le disgustaba en absoluto la idea de pasar un tiempo en esas playas. Los naúfragos de sus lecturas de infancia y juventud no tuvieron tanta suerte. Seguía comiendo cuando se aproximó otra vez al meeting point. Oyó de nuevo el móvil y fue a cogerlo, pero esta vez sin correr:

- ¿Sí?
- Jorge, te estamos buscando. No tenemos que estar lejos, pero todavía no sabemos en la isla que estás.
- Vaya...
- ¿Te encuentras bien?
- ¡Joodeer! Ahora que ya...
- ¿Qué dices, Jorge? No te estoy entendiendo bien.
- ...
- ¡Jorge! ¡Mierda! ¡Otra vez se fue la comunicación!

Oyó primero el tableteo de las palas y luego distinguió perfectamente en el cielo la silueta del helicóptero. No hizo señales de auxilio, pero la aeronave hizo un requiebro una vez que le vieron desde arriba. Permaneció quieto mientras observaba el aterrizaje a una prudente distancia. Luego distinguió la silueta de María, que bajaba junto al piloto. Pensó en su futuro inmediato tras el rescate: reconversión del divorcio, renunciar a la costa y vuelta a vivir con ella en Parla, pidiendo créditos al Banco de Catalunya del centro, con su director estirado y las miradas divertidas de la subdirectora patorras. Se acordó también de la competencia de arizónicas entre vecinos adosados. Entonces se dio la vuelta y empezó a correr hacia el bosque. Oyó en la carrera cómo ella gritaba desesperada su nombre, pero no se volvió, para meterse deprisa en la verde oscuridad y volver a escuchar esos zumbidos familiares. Ella seguía gritando cuando él, escondido tras unos matojos, vio cómo el piloto la sujetaba, desesperada por verlo escapar:

- No se moleste, no corra -le dijo el comendante-. Es el octavo este mes.
- ¡No entiendo nada..., naaadaaa! -replicó ella en un arrebato de histeria.


Jorge contemplaba la escena en silencio desde el bosque. A su lado, uno de los seres también contemplaba la situación suspendido en el aire. Él se llevó el dedo a los labios:

- Shhhhh -de dijo-. No hagas mucho ruido. Luego me atacas.

Mediante tres emisiones de gas, el bicho otorgó su aprobación y vieron sobrevolarles la panza del helicóptero, que después cogió algura y se perdió como un mosquito. Cuando desapareció del todo, Jorge le habló de nuevo:

- Ahora -le indicó.

Entonces se le aplastó contra la oreja y Jorge apareció en la arena chupádose el dedo y tratando de determinar en su mente más momentos con aquellos sabores: las meriendas con la prima Olga..., los domingos de excursión en la sierra..., las vacaciones, siempre jugando con los codos y las rodillas llenos de costras...

 
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