viernes, 24 de enero de 2014

CALILA E DIMNA




La cultura del cuento popular convivió durante siglos con la del cuento literario creado en ambientes más cultos y destinado a un público de clases altas. El comienzo de la prosa literaria en España se sitúa en el año 1251 con la traducción del árabe al castellano del Calila e Dimna, una colección de cuentos populares breves de origen oriental e intención didáctica, cuyo título proviene del nombre de dos lobos hermanos. 

Calila e Dimna procede en gran parte de la célebre colección de cuentos indios titulados Panchatantra, que llegaron a nuestro paísa a través de los árabes, o mejor dicho, sirios. Se tradujo a instancias del rey Alfonso X el Sabio, siendo éste aún infante, en la escuela oficial de traductores de Toledo.

La estructura principal de la obra es la narración marco (conversación entre el rey Dicelem y su algucil-filósofo Burduben), aunque no se descartan otras como la de la caja china (cuentos dentro de otros cuentos).

Tiene tres partes:

* La introducción de Al-Muqaffa, que es una apología del saber y de su carácter eminentemente práctico (en ella se incluyen algunos exempla).

* La historia de Bercebuey. Capítulos I y II. El primero describe su viaje a la India en busca de la sabiduría; y el segundo es, en realidad, un contemptu mundi.

* La historia de Calila y Dimna propiamente dicha, dividida a su vez en dos partes:
- Una compuesta por los capítulos III-IV, que son los más complejos en cuanto a composición y los más cercanos al Panchatantra.
- Otra, que comprende los restantes capítulos, y que sigue unos esquemas organizativos simples y con paralelos orientales más claros.


La tortuga y los dos patos (fábula extraída del libro Calila e Dimna)

Se dice que en una fuente vivían dos patos y una tortuga,
unidos por fuertes lazos de amistad.
Llegón un momento que el agua de la fuente disminuyó en proporciones considerables.
Los patos decidieron entonces que tenían que marchar de allí y viajar hacia otros lugares.

Fueron a despedirse de la tortuga:

-¡Dios te guarde! Tenemos que partir.
- Sólo la gente como yo, respondió la tortuga, sufre cuando el agua se agota, porque yo no puedo vivir si no estoy cerca de ella. Encontrad alguna solución, llevadme con vosotros, suplicó.
- Sólo podemos hacerlo con una condición: mientras te transportamos, no debes responder nada a los que viéndote, señalarán tu camino.
- Por supuesto, pero ¿de qué forma se os ocurre que me podéis llevar?
- Tú cogerás por el medio, entre tus mandíbulas, un trozo de madera que nosotros tomaremos, cada uno por un extremo.

La idea gustó a la tortuga y los dos patos la evaron con su vuelo.

Las gentes que lo vieron, ante semejante espectáculo, exclamaban unos a otros:
 
"¡Mirad, es extraordinario! dos patos llevando una tortuga por los aires!"

Escuchando estas palabras y creyéndose fuerte, la tortuga contestó:

- ¿Acaso os molesta?

Fue entonces que al abrir la boca para responder, vanidosa de su suerte, se cayó y murió.


Publicado en la revista SIRIA MAGAZINE

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