viernes, 22 de agosto de 2014

LAS MIL Y UNA NOCHES, Anónimo

Alf layla wa-layla

Quién no ha navegado con Simbad, o ha frotado la lámpara de Aladino a la espera de que un genio le conceda tres deseos, quién no ha visitado la cueva en la que cuarenta ladrones escondían su tesoro... Quién no ha soñado con Sherezade.

Yo que crecí en mil y una noches al calor de los cuentos que mi madre me leía, he sentido y siento una especial fascinación por esa mujer que sobrevivía cada noche gracias a su ingenio.

El libro es una recopilación medieval en lengua árabe de cuentos tradicionales de Oriente medio, que utiliza la técnica del relato enmarcado. Compuesto por tres grupos de relatos, describe de forma fantástica la India, Persia, Siria, China y Egipto. Se cree que muchas de las historias fueron recogidas originariamente de la tradición de Persia, Irak, Afganistán, Tajikistán y Uzbekistán.

Su aparición (siglo XIX) en Occidente causó gran impacto. Tenemos que recordar que en esa época desde las metrópolis se impulsaban las expediciones e investigaciones geográficas. Fue en 1704 cuando por primera vez apareció la versión francesa de Antoine Galland, aunque esta versión estaba bastante censurada (del texto original se habían extraído los cuentos eróticos y los más sangrientos). Sin embargo fue la traducción de Richard Francis Burton (diplomático y militar, explorador y erudito) la que alcanzó más popularidad.

Es un libro que ha sido adaptado muchas veces para los niños y adolescentes de todo Occidente, eligiéndose (por lo general) los relatos de aventuras y fantasía. 

Su estructura de cajas chinas es lo que más llamó la atención de los lectores y críticos, y que en la actualidad es copiada por muchos escritores. Son relatos que surgen uno del otro, es decir, al contarse uno de repente surge otro y ese otro crea otro cuento hasta que termina el primero. 

En el primer relato cuenta que un rey, a su muerte, deja su reino en herencia a su hijo Schariar, y que éste le regala el reino de Tartaria a su hermano Schazamán. Ambos son traicionados por sus esposas, por lo Schariar manda decapitar a todas las a todas las mujeres de la corte creyendo que todas son igual de infieles. Así ordena a su visir que le consiga una esposa cada día para, al amanecer, decapitarla. Es cuando aparece en escena Sherezade (hija del visir). Ella trama un plan: se ofrece como esposa del sultán y la primera noche logra sorprender al rey contándole un cuento. El sultán se entusiasma con el relato, pero la muchacha interrumpe la narración antes del alba y promete el final para la noche siguiente. Así transcurren mil noches. Al final, ella da a luz a dos hijos y después de la noche mil una el sultán le conmuta la pena.

Sabemos que sobre la palabra, la relación humana y la vida, el pueblo árabe es un viejo maestro en componer historias. Historias universales derivadas de creencias, mitos y leyendas, y de la necesidad de contar historias para sobrevivir, para volver la mirada hacia la fantasía, para sentirnos niños de nuevo o en adultos que no han perdido la ilusión por escuchar historias, ni la imaginación para contarlas.

Las historias que encontramos en el libro de las Mil y una noches son muy diferentes. Incluyen cuentos, historias de amor (trágicas, cómicas, poemas, parodias y leyendas religiosas), fantásticas y de aventuras. 

Aunque en Occidente las más conocidas sean Simbad el marino,m Aladino y la lámpara maravillosa,  y Alí Babá y los cuarenta ladrones, estas dos últimas fueron añadidas a la compilación  por Antoine Galland (siglo XVIII) que las escuchó de forma oral a un cuentista cristiano de Alepo (Siria). 

En muchas de las historias se recrean genios, espíritus fantásticos, magos, lugares legendarios que se mezclan con personal y lugares reales. A veces es uno de los personajes el que comienza a contar su historia a otros personajes, y esa historia incluye otra a su vez, lo que hace de las Mil y una noches una textura narrativa maravillosa.

En cuanto a las ediciones tenemos que la primera versión europea impresa data de 1704-1717 compilada por Antoine Galland de una recopilación anterior escrita en árabe. Si bien ésta incluía relatos que conocía el traductor pero que no estaban incluidos en la compilación árabe, cuyo origen se cree cerca del 850 y que fue traducida del persa (Hazar Afsanah) pero que quizá se originó en la India. El nombre actual Alf Layla wa-Layla (Mil noches y noche, según la traducción literal) parece haber aparecido en la Edad Media y expresa la idea de un número transfinito, ya que 1000 representa la infinidad conceptual entre los grupos de matemáticos árabes.

Quizás la traducción más conocida por los angloparlantes es la de Richard Francis Burton, publicada bajo el título de The Book of the Thousand Nights and a Night. A diferencia de otras ediciones, su traducción no fue expurgada, conteniendo todos los matices eróticos del material original, eso a pesar de haber sido publicada en la etapa Victoriana. Las versiones más recientes y legibles son las del doctor francés J.C. Mardrus, traducida al inglés por Edward Pwys Mathers y, una importante edición basada en el manuscrito sirio del siglo XIV compilada en árabe por Muhsin Mahde y traducida al inglés por Husain Haddawy, considerada la más precisa y elegante de todas.

Las tres ediciones españolas fundamentales son la que tradujo y editó Vicente Blasco Ibáñez (editorial Prometeo) de la edición francesa de J.C. Mardrus (1889); la de Juan Vernet, la más aceptable filológicamente; y la de Rafael Cansinos Asséns (1954) traducida directamente del árabe, y que yo poseo.

En 2001, René Khawam publicó una traducción en la que suprime los relatos que considera ajenos a la tradición primitiva y recupera algunos que fueron descartados, recuperando otros inéditos hasta entonces.

En cuanto a cómo ha influido en la literatura, son muchos los autores europeos que han intentado imitar el estilo de las Mil y una noches. Jan Potocki, noble polaco del siglo XVIII que viajó a Oriente en busca de una copia original y que nunca encontró, escribió a su regreso su propia versión en El manuscrito encontrado en Zaragoza.

El cine y la televisión han proyectado diferentes adaptaciones o bien siguen la estructura original, sólo tenemos que fijarnos en las interminables telenovelas que siguen este mismo patrón.

Ahora os dejo, en imágenes, algunas de las portadas de los libros de las Mil y una noches que se han editado. Espero que lo disfrutéis. 































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