sábado, 28 de diciembre de 2013

SIRIA: LATTAKIA



Lattakia llamada también Lattakia, Latakiyah o Latakkia, (en árabe اللاذقية Al-Ladhiqiyah), es una localidad costera de Siria, situada al norte del Líbano, capital de la provincia homónima, tiene muchos motivos para ser famosa, entre ellos el de dar nombre a un tipo de tabaco, quizá el tabaco turco más conocido, que entra en la composición de mezclas para fumar en pipa, es un tabaco de aroma fuerte y seco, que recuerda a alimentos salados y ahumados.

Su población se estima en 554.000 habitantes. De ellos, aproximadamente, el 50% son alauíes, el 30% cristianos y el 20% musulmanes zuñes. Es el lugar natal del ex presidente Hafez al-Asad.

Es sede de la Archidiócesis Metropolitana de Latakia del Patriarcado de Antioquía.

Fue fundada en el siglo IV a. C. con el nombre de Laodicea (en griego Λαοδικεία) por Seleuco I Nicator en honor a su madre Laodice. En latín fue conocida como Laodicea ad Mare. El nombre original sobrevive en la forma árabe como al-Ladhiqiyyah (árabe اللاذقية‎), del que procede el francés Lattaquié y el inglés Latakia.

Desde que empezó la guerra civil siria en 2011 con el objetivo de derrocar al Presidente Bashar al-Asad, la región se ha mantenido en relativa calma, aparte de una pequeña pero persistente presencia rebelde al noreste de la provincia, centrada en el pueblo de Salma.
La gobernación se divide en 4 distritos (manatiq):
  • Al-Haffah
  • Jableh
  • Latakia
  • Qardaha
Estos se dividen en subdistritos (nawahi).






El arco del Triunfo de Lattakia
Construido por los romanos se ubica en la esquina donde se encontraban las dos vías principales de la ciudad.
Sus cuatro costados están ricamente adornados con coronas reales y grabados de armas.
  



El museo de Lattakia
Ocupa un antiguo caravasar (rehabilitado) del siglo XVI.
En el patio se puede ver una colección de estatuas que en su mayoría son de la época griega y romana.
También está el pabellón dedicado a las ciudades de Ugarit y Ras Ben Hani con sus hermosas piezas de bronce, alfarería y tablillas cuneiformes además de una enorme representación del dios EL adorado por el pueblo de Canaan.
 




El Anfiteatro de Jebleh
Es el único monumento en pie de la antigua ciudad fenicia de Jebleh. Data de la era romana y como de costumbre está construido sobre una pendiente natural.
Tiene una capacidad para cinco mil espectadores y en la actualidad era usado anualmente para el festival artístico de la ciudad.

viernes, 27 de diciembre de 2013

A LA SOMBRA DEL GRANADO de TARIQ ALI





Apasionante y estremecedora, A LA SOMBRA DEL GRANADO es la crónica de un desgarramiento: el de los musulmanes que permanecieron en sus tierras tras la culminación de la Reconquista en 1492 y a los cuales el decreto de conversión promulgado diez años más tarde llevó a la diáspora, al ocultamiento o a una frustrante decisión. 
 

En la España musulmana, como en el mundo árabe actual, se identificaba a los niños por el nombre de su madre o de su padre, además de por aquel que recibían al nacer.
En esta novela, Zuhayr bin Umar significa Zuhayr, hijo de Umar, mientras que Asma bint Dorotea es Asma, hija de Dorotea. Bastaba el nombre paterno para reconocer públicamente a un hombre; así, Ibn Farid e Ibn Khaldun significan, respectivamente, hijo de Farid o de Khaldun. Los musulmanes de esta novela usan sus propios apelativos para ciudades que ahora tienen nombres españoles, incluyendo los de varias poblaciones fundadas por ellos mismos (Nota del Autor).

A través de los avatares de una familia morisca del reino de Granada, Tariq Ali pinta un fresco inolvidable de esos días decisivos en que, con un telón de fondo presidido por la siniestra figura del cardenal Cisneros, las hogueras inquisitoriales, espías, intrigas y escaramuzas, la luz de una civilización espléndida declina lentamente.
 
Los cinco caballeros cristianos convocados a los aposentos de Jiménez de Cisneros no recibieron con alegría la llamada nocturna. Su reacción no se debía a que estuvieran pasando el invierno más frío que recordaban. Eran veteranos de la Reconquista y las tropas que mandaban habían entrado triunfalmente en Gharnata siete años antes, ocupando la ciudad en representación de Fernando e Isabel. Ninguno de los cinco hombres pertenecía a la región. El mayor era hijo ilegítimo de un fraile De Toledo; los demás eran castellanos y estaban ansiosos por regresar a su tierra. Aunque eran todos buenos católicos, no les gustaba que nadie diera por sentada su lealtad, ni siquiera el propio confesor de la reina. Sabían que este último se había hecho trasladar desde Toledo, donde era arzobispo de la ciudad conquistada. Nadie ignoraba que Cisneros era un instrumento de la reina Isabel y que su poder iba más allá de las materias del espíritu. Los caballeros sabían perfectamente cómo reaccionaría la corte si desafiaban su autoridad. (...)


(...) El día antes, eruditos al servicio de la Iglesia habían convencido a Cisneros de que eximiera del edicto a trescientos manuscritos. El arzobispo había accedido con la condición de que éstos se guardaran en la biblioteca que planeaba erigir en Alcalá. La mayoría de esos manuscritos eran manuales árabes de medicina y astronomía, que reseñaban los principales avances en estas y otras ciencias afines desde la antiguedad. Contenían gran parte del material que había viajado desde la península de al-Andalus y desde Sicilia hacia el resto de Europa, preparando el camino para el Renacimiento (...)

(...) Tras la ventana de una casa de huéspedes, el más afortunado centinela de la Iglesia de Roma observaba con satisfacción el creciente terraplén de libros.  Jiménez de Cisneros estaba convencido de que sólo podrían vencer a los paganos si se aniquilaba por completo su cultura, y eso requería la destrucción sistemática de todos sus libros(...)


(...) -Si las cosas continúan así -dijo Asma con la voz distorsionada por una boca semidesdentada-, sólo quedará un recuerdo fragante de nosotros.

Rota su concentración, Yazid arrugó la frente y levantó la vista del juego de ajedrez. Estaba en un extremo del patio, enfrascado en una desesperada lucha por dominar las estrategias del ajedrez. Sus hermanas Hind y Kulthum, expertas estrategas, estaban en Gharnata con el resto de la familia, y Yazid deseaba sorprenderlas a su regreso con una jugada de apertura poco ortodoxa (...)
 
Escrita en 1992 por el escritor e historiador pakistaní Tariq Ali, autor también de novelas como The Clash of Fundamentalisms: Crusades, Jihads and Modernity (Londres: Verso, 2002). En español ha publicado las siguientes novelas: El Libro de Saladino (Barcelona: Edhasa, 1999) y del que os hablaré más adelante; y La Mujer de Piedra (Barcelona: Edhasa, 2001).


 
Nacido en el seno de una familia comunista. Mientras estudiaba en la Universidad de Punjab, organizó manifestaciones contra la dictadura militar de Pakistán. Debido a sus contactos con movimientos radicales, sus padres, temiendo por su seguridad, lo enviaron a Inglaterra. 

Estudió en Oxford, Ciencias Políticas y Filosofía, y fue el primer pakistaní elegido presidente del Sindicato de Estudiantes de Oxford (Oxford Union). Su reputación se fraguó durante la Guerra de Vietnam, cuando mantuvo debates contra la guerra con personajes como Henry Kissinger y Michael Stewart. Después, se volvió cada vez más crítico de las políticas exteriores de Estados Unidos e Israel.

Activo en la izquierda desde los años 1960, pertenece a la redacción de New Left Review

Ali participó activamente en política a través de su colaboración con el partido trotskista, the International Marxist Group (IMG), y con el periódico The Black Dwarf.

Desde entonces, Ali ha sido un crítico de las políticas económicas neoliberales y estuvo presente en el Foro Social Mundial de 2005 en Porto Alegre, Brasil, donde fue uno de los diecinueve firmantes del Manifiesto de Porto Alegre. 

Es miembro del consejo editorial de Sin Permiso desde su fundación en 2006.

En 2010 participó en la elaboración del guion del documental Al sur de la frontera del director estadounidense Oliver Stone sobre los gobiernos izquierdistas en el poder en América latina.


A la sombra del granado
Autor: Tariq Ali
Alianza Editorial 






jueves, 26 de diciembre de 2013

POETAS ANDALUSÍES



AL-BATHALIUSI (Al-Batalyawsî)

Abû Muhammad ‘Alî ibn al-Sîd al-Batalyawsî.  
Poeta y filósofo.
Nació, como su nombre indica, en Badajoz en el año 1052.
Murió en 1127.
 
Vino al mundo durante el reinado del tercer rey de la breve dinastía de los Banû al-Aftas al-Muzalfar, que tanto hicieron florecer las letras en aquella corte, hasta el punto que el propio príncipe las cultivó con singular destreza.

Con motivo de la atmósfera de violencia que se respiraba en la corte, debido a la lucha con el vecino reino de Sevilla y a las continuas presiones del rey castellano Fernando I, se trasladaría a la corte granadina de ‘Abd al-Mâlik ibn Razîn. Saldría de las brasas para meterse en el fuego.

Pronto se acercaría la plaga de la guerra al reino de Granada: primero en conflicto con los cristianos del Cid, después contra los almorávides de Yûsuf, que finalmente se apoderarían de la ciudad en 1103. Previniendo la hecatombe, nuestro autor huyó a Toledo, capital de la marca de Al-Mussât, poniéndose a las órdenes de su rey Al-Ma’mûn. Más tarde, se trasladaría a Zaragoza, una de las capitales más importantes de Al-Ksark, y donde sostuvo agrias polémicas gramaticales y dialécticas con Ibn Bâyya (Avempace) que expondría en su obra El Libro de las cuestiones (Kitâb al-Masâiil). Por aquel mismo año se dio la batalla de Valtierra, que ganaría Alfonso VI, el batallador, perdiendo en ella la vida Al-Musta’in, rey de Zaragoza, cayendo la marca ocho años más tarde en poder de los cristianos.

Buscando refugio, Al-Batalyawsî se trasladó a Valencia, que estaba en manos de los almorávides al igual que Al-Andalus, dedicándose a redactar sus obras y a impartir lecciones a sus numerosos discípulos.

Quizás su trabajo más importante sea el Libro de los cercos (Kitâb al-Hadâ’ik), que es un manual para que el profano pueda iniciarse en la doctrina de los filósofos. Se trata del primer intento de armonizar el conocimiento  islámico con el pensamiento griego: Aristóteles y Platón. Se compone de siete capítulos, dedicando los seis primeros a las tesis de los filósofos islámicos, mientras que el último trata de la inmortalidad del alma. Entre otros temas, aborda el problema del origen del mundo, de los atributos de Allah (s.w.t), etc. De lo difundida que sería la obra nos habla el hecho de que fuera traducida al hebreo por Mosé b. Tibbón (1240-1283). Existe una edición y traducción castellana, realizada por Asín Palacios en la revista Al-Andalus, V (1940).

Su producción poética y filosófica fue extensísima, sobresaliendo, al margen de la obra ya citada, el Libro de la Improvisación (comentario a los poemas de Al-Mutanabbî), y el Libro de los Nombres.



(Abû-l-Baqâ’Salah al-Rondî)

Poeta.
Nació en Ronda en el siglo XIII.
Es famoso por su Qasîdah, en la que, con motivo de la caída de las ciudades andaluzas de Córdoba y Sevilla en poder del ejército invasor de Fernando III, profetizaba en bellos versos el cercano derrumbamiento de la soberanía andalusí. He aquí un fragmento de esta elegía, traducida por Varela:

Cuanto sube hasta la cima
desciende pronto abatido
a lo profundo.
¡Ay de aquél que en algo estima
el bien caduco mentido
de este mundo!
En todo terreno ser
sólo permanece y dura
el mudar.
Lo que hoy es dicha o placer
será mañana amargura
y pesar.
Es la vida transitoria
un caminar sin reposo
al olvido;
plazo breve a toda gloria
tiene el tiempo presuroso
concedido.
…………..

¿Qué es de Valencia y sus huertos?
¿Y Murcia y játiva hermosas?
 ¿Y Jaén?
¿Qué es de Córdoba en el día,
donde las ciencias hallaban
noble asiento,
do las artes a porfía
por su gloria se afanaban?
¿Y Sevilla? ¿Y la ribera
que el Betis fecundo baña
tan florida?

La fama y popularidad que alcanzó esta qasîdah originó el que posteriormente se le añadieran estrofas para lamentar la pérdida de otras ciudades, sobre todo en el reino de Granada.
Juan de Varela tradujo esta elegía y señaló sus semejanzas con las coplas de Jorge Manrique, lo cual no nos debe de extrañar, ya que Varela utilizó para traducir el poema de nuestro autor el método de pie quebrado empleado por Jorge Manrique; por lo demás, no tenemos conocimiento de que éste hablara árabe, por lo que cualquier sospecha de plagio debe ser desechada. A pesar de todo ello, siempre existirán coincidencias de intención y emoción en poemas que tratan sobre la fugacidad de la vida humana y de las cosas terrenales.


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martes, 24 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD



Os deseo 

tanta suerte como gotas tiene la lluvia

tanto amor como rayos tiene el sol

tanta felicidad como estrellas hay en el cielo

y tanta PAZ como granos de arena tiene el desierto.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!