Apasionante y estremecedora, A LA SOMBRA DEL GRANADO es la
crónica de un desgarramiento: el de los musulmanes que permanecieron en
sus tierras tras la culminación de la Reconquista en 1492 y a los cuales
el decreto de conversión promulgado diez años más tarde llevó a la
diáspora, al ocultamiento o a una frustrante decisión.
En la España musulmana, como en el mundo árabe
actual, se identificaba a los niños por el nombre de su madre o de su padre,
además de por aquel que recibían al nacer.
En esta novela, Zuhayr bin Umar significa Zuhayr,
hijo de Umar, mientras que Asma bint Dorotea es Asma, hija de
Dorotea. Bastaba el nombre paterno para reconocer públicamente a un hombre; así, Ibn Farid e Ibn
Khaldun significan, respectivamente, hijo de
Farid o de Khaldun. Los musulmanes de esta novela usan sus propios apelativos
para ciudades que ahora tienen nombres españoles, incluyendo los de varias
poblaciones fundadas
por ellos mismos (Nota del Autor).
A través de los
avatares de una familia morisca del reino de Granada, Tariq Ali pinta un
fresco inolvidable de esos días decisivos en que, con un telón de fondo
presidido por la siniestra figura del cardenal Cisneros, las hogueras
inquisitoriales, espías, intrigas y escaramuzas, la luz de una
civilización espléndida declina lentamente.
Los
cinco caballeros cristianos convocados a los aposentos de Jiménez de Cisneros no
recibieron con alegría la llamada nocturna. Su reacción no se debía a que
estuvieran pasando el invierno más frío que recordaban. Eran veteranos de la
Reconquista y las tropas que mandaban habían entrado triunfalmente en Gharnata siete
años antes, ocupando la ciudad en representación de Fernando e Isabel. Ninguno
de los cinco hombres pertenecía a la región. El mayor era hijo ilegítimo de un
fraile De Toledo; los demás eran castellanos y estaban ansiosos por regresar a
su tierra.
Aunque eran todos buenos católicos, no les gustaba que nadie diera por sentada su
lealtad, ni siquiera el propio confesor de la reina. Sabían que este último se
había hecho
trasladar desde Toledo, donde era arzobispo de la ciudad conquistada. Nadie ignoraba
que Cisneros era un instrumento de la reina Isabel y que su poder iba más allá de las materias del espíritu. Los caballeros sabían perfectamente cómo reaccionaría la corte si desafiaban su autoridad. (...)
(...) El día antes, eruditos al servicio de la Iglesia habían convencido a Cisneros de que eximiera del edicto a trescientos manuscritos. El arzobispo había accedido con la condición de que éstos se guardaran en la biblioteca que planeaba erigir en Alcalá. La mayoría de esos manuscritos eran manuales árabes de medicina y astronomía, que reseñaban los principales avances en estas y otras ciencias afines desde la antiguedad. Contenían gran parte del material que había viajado desde la península de al-Andalus y desde Sicilia hacia el resto de Europa, preparando el camino para el Renacimiento (...)
(...) Tras la ventana de una casa de huéspedes, el más afortunado centinela de la Iglesia de Roma observaba con satisfacción el creciente terraplén de libros. Jiménez de Cisneros estaba convencido de que sólo podrían vencer a los paganos si se aniquilaba por completo su cultura, y eso requería la destrucción sistemática de todos sus libros(...)
(...) -Si las cosas continúan así -dijo Asma con la voz distorsionada por una boca semidesdentada-, sólo quedará un recuerdo fragante de nosotros.
Rota su concentración, Yazid arrugó la frente y levantó la vista del juego de ajedrez. Estaba en un extremo del patio, enfrascado en una desesperada lucha por dominar las estrategias del ajedrez. Sus hermanas Hind y Kulthum, expertas estrategas, estaban en Gharnata con el resto de la familia, y Yazid deseaba sorprenderlas a su regreso con una jugada de apertura poco ortodoxa (...)
Escrita en 1992
por el escritor e historiador pakistaní
Tariq Ali, autor también de novelas como The Clash of Fundamentalisms: Crusades, Jihads and Modernity (Londres: Verso, 2002). En español ha publicado las siguientes novelas: El Libro de Saladino (Barcelona: Edhasa, 1999) y del que os hablaré más adelante; y La Mujer de Piedra (Barcelona: Edhasa, 2001).
Nacido en el seno de una familia comunista. Mientras estudiaba en la Universidad de Punjab, organizó manifestaciones contra la dictadura militar de Pakistán. Debido a sus contactos con movimientos radicales, sus padres, temiendo por su seguridad, lo enviaron a Inglaterra.
Estudió en Oxford, Ciencias Políticas y Filosofía, y fue el primer pakistaní elegido presidente del Sindicato de Estudiantes de Oxford (Oxford Union). Su reputación se fraguó durante la Guerra de Vietnam, cuando mantuvo debates contra la guerra con personajes como Henry Kissinger y Michael Stewart. Después, se volvió cada vez más crítico de las políticas exteriores de Estados Unidos e Israel.
Activo en la izquierda desde los años 1960, pertenece a la redacción de New Left Review.
Ali participó activamente en política a través de su colaboración con el partido trotskista, the International Marxist Group (IMG), y con el periódico The Black Dwarf.
Desde entonces, Ali ha sido un crítico de las políticas económicas neoliberales y estuvo presente en el Foro Social Mundial de 2005 en Porto Alegre, Brasil, donde fue uno de los diecinueve firmantes del Manifiesto de Porto Alegre.
Es miembro del consejo editorial de Sin Permiso desde su fundación en 2006.
En 2010 participó en la elaboración del guion del documental Al sur de la frontera del director estadounidense Oliver Stone sobre los gobiernos izquierdistas en el poder en América latina.
A la sombra del granado
Autor: Tariq Ali
Alianza Editorial
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