El Campamento
Ente los viñedos que hay al norte de
la ciudad se descubrieron algunas murallas desconocidas hasta entonces incluso
por los arqueólogos que visitaron la ciudad o investigaron sus ruinas. La causa
es que estos muros no se diferencian mucho de las numerosas pedrizas que rodean
los viñedos para separar las diferentes particiones del terreno.
Los estudios arqueológicos indican que
este campamento fue construido a principios de la época ruaqui, en la formación
de la provincia árabe, siendo Bosra su capital. Una inscripción latina
descubierta en la parte sur de la muralla nos revela que pudo ser construido
alrededor del año 106-107 d.C. Las excavaciones descubrieron la puerta principal
del campamento que estaba compuesta de dos torres laterales y una entrada
fortificada. También se descubrieron los restos de algunas torres
sobresalientes de la muralla norte de la ciudad y parte de su fortificación. Las
murallas de la ciudad en esta parte no fueron necesarias después de la
construcción del campamento y por eso se anularon. Posteriormente, las partes
oriental y occidental de la ciudad se unieron a la muralla del campamento y
deducimos, de las numerosas columnas utilizadas en su construcción, sin duda
romanas, que fue restaurada numerosas veces, para lo cual se utilizaron restos
de las antiguas construcciones que se encontraban en el interior de la muralla,
y sobre las que se levantó el campamento.
La muralla este tiene aproximadamente 400 metros de largo y la
muralla norte unos 440
metros. Aparece como uno de los mayores campamentos que
había desde Al-Qastal, en el norte, hasta Maan, en el sur, y cuyo número
oscilaba entre 25 y 30. De los grupos que vivieron en estos campamentos
conocemos algunos como la tercera legión pártica, la guardia armada del
desierto o la caballería pártica. También pasaron por allí otros grupos
militares de los que no sabemos su nombre.
La tercera legión pártica tuvo una
larga estancia en este campamento. Los latinos eran pocos, según indican
decenas de monumentos conmemorativos que se extienden por toda la ciudad. Esta
columna disponía de armamento ligero y estaba muy bien organizada, hasta el
punto de poder resistir ataques y asedios. Estaba compuesta de caballería,
infantería y la guardia del desierto. Fue traída en el año 117 d.C de Egipto y
acampó en Bosra. Algunos de sus miembros se distribuyeron por pueblos cercanos
a la ciudad. Esta legión adquirió una gran fama y fue apodada “la legión
invencible”, según reza en algunas inscripciones arqueológicas. En cuanto a su
origen, aún hoy no se conoce exactamente, pero su nombre se menciona en la
época de César Augusto a partir del año 29 d.C, como “la tercera”. Participó
durante su permanencia en Egipto en algunas batallas en el sur y en la
construcción de la calzada hasta Etiopía. Cuando los judíos encendieron el
fuego de la guerra civil en Palestina, vinieron algunas alas de la tercera
legión de Egipto y asediaron a los rebeldes. Posteriormente el resto de las alas
se trasladó de Egipto a Bosra, ciudad en la que se establecieron. En esta
época, la legió se componía de un ejército de ciudadanos y profesionales,
ayudantes, guardia interior y policía. Alcanzó las 5600 personas en infantería
a las que se unieron los cuerpos de caballería y de defensa del desierto en una
proporción del 25%. El campamento tenía un general responsable de la aplicación
del orden interno a los miembros de la guardia. También se encargaba de otros
asuntos como ascensos, arrestos, nombramientos, traslados, distribución de
uniformes, reparación de armas,
enfermedades, jubilaciones, etc., todo lo cual estaba sometido a unas leyes
fijas.
Se ha descubierto, gracias a las
excavaciones en el teatro, una escritura latina que lleva el nombre del dios Júpiter
Amón, dios de Siwa. Este texto dice: “Júpiter
el Magnífico, el Brillante Portador de Santidad, oh, Amón, de esta forma Livios
Torinos ha realizado el sacrificio”.
Con ésta y otras inscripciones podemos
afirmar que los soldados de la legión y sus oficiales llegados de Egipto
practicaron ritos y adoraciones conocidas allí y construyeron templos y
monumentos en Bosra que indican la existencia, en aquel tiempo, de una unidad
entre ambas tierras, una unidad que se ha dado a través de distintas épocas históricas.
Las murallas de la ciudad
Clirmon Gavo cree que las murallas de
Bosra se remontan a la época de los árabes nabateos y apoya su teoría en un
texto nabateo encontrado cerca de la muralla. Sin embargo, los trabajos
arqueológicos que se hicieron posteriormente nos descubrieron varias
fortificaciones que rodeaban la ciudad mucho antes de los nabateos, e incluso
nos han limitado aproximadamente su extensión en época cananea y luego aramea.
Estas fortificaciones son el mismo
estilo que las murallas cananeas de Horán. Se componen de piedras de gran
tamaño oscilando entre 1 y 2,5
metros de largo por 1,5 de alto y entre 1,5 y 2 metros de ancho;
situadas una sobre otra forman una muralla de unos 10 metros de alto por
unos 4 de ancho. El mortero es de tierra mezclada con paja. La mayor parte de
esta muralla aparece en la zona noreste de la ciudad. Rodea una zona elevada
que se extiende hasta una fuente situada en el lado este, luego se extiende
hacia el oeste llegando a la zona hundida de las tres albercas. Tiene la
piscina romana al sur. Cerca de la piscina se descubrió una parte de las
fortificaciones y la ciudad aparece en esta época con forma ovoide. Ocupa la
totalidad de la elevación cercana a la fuente y antes de la época nabatea se
amplió extendiendo sus edificios hacia el sur. Es probable que se debiera este
desarrollo a la época aramea y se crearan entonces nuevas murallas en el límite
de la altiplanicie que da a la costa. Las murallas de la antigua ciudad cananea
no cambiaron en la parte norte y esto dio una forma rectangular a la ciudad que
se extendía desde el norte al sur. En época nabatea se restauraron estas
murallas y se expandieron hacia el este para rodear los nuevos edificios que se
habían levantado allí, pero su aspecto no se aprecia bien. Los restos de las
murallas que aparecen en el noreste de la ciudad se parecen a las murallas
antiguas, tanto en el método de construcción como en el tamaño. Son muros
edificados con piedras y restos de edificios diferentes. Se han realizado
rápidamente y no hay indicación definitiva de que sea una construcción propia
de nabateos excepto por la escritura que publica Clirmon, cuyo texto es el
siguiente:
“este
es el muro completo … y también … las albercas construidas por Taimar B. Nasiyo
para el dios Dishara”.
Clirmon dice que el descubrimiento de
esta escritura se produjo en la mezquita de Fátima. Si reflexionamos sobre la
posición de la mezquita, que está en medio del barrio noreste de la ciudad, y
también sobre el texto de la escritura, podemos dudar de que hable de la
construcción de la muralla oeste de la ciudad y de sus partes visibles en las
zonas norte y sur. Más bien podría referirse a la construcción de
fortificaciones que habían sido levantadas al este de la ciudad donde está su
límite actual. No hay medio para comprobar esta duda excepto futuras excavaciones
en la zona.
En la época romana los restos indican
claramente que los muros del campamento que se construyeron, según parece, a
principios del siglo II d.C, formaban
una muralla que protegía la ciudad por el lado norte. Estos muros estaban
unidos a las fortificaciones cananeas de la parte oeste y a los restos de las
murallas que se ven en la mezquita Mabrak al-Naqa por la parte este. Si tenemos
en cuenta lo que recuerdan los historiadores sobre la destrucción de
fortificaciones y edificios durante los ataques persas en el año 614, y los
daños y destrucción que supusieron los terremotos en el siglo XI, podemos
afirmar que las murallas se reconstruían después de los ataques, mientras que
se descuidaban en épocas de paz.
El palacio del arzobispo
Se sitúa al este de la iglesia, entre
un conjunto de edificios nuevos. Los restos de los muros, arcos y antiguas
columnas forman, según se cree, las partes restantes del edificio del palacio
del Arzobispo de Bosra.
El midán
Estaba dedicado a las carreras de
caballos y a los juegos deportivos. Según la tradición, se sabe que la
equitación era el deporte más practicado por los árabes en las diferentes
ciudades de la provincia.
Los trabajos arqueológicos
descubrieron en el sur del teatro un edificio rectangular cerrado por la parte
sur y abierto por la parte norte al igual que muchos midanes construidos a la
romana. De los muros de este midán no queda nada más que señales que nos
indican cuáles fueron sus límites y nos dan idea de su antigua forma. Parece
ser que tenía un graderío compuesto
Organización de Bosra
En el resumen histórico se aprecia que
la organización de las ciudades fue conocida ya mucho tiempo antes de la época
romana, y ciudades con murallas elevadas y fortificaciones fuertes, mercados
comerciales, templos religiosos y oficiales habían sido realizadas desde épocas
antiguas.
Los trabajos de prospección que se
realizaron durante marzo de 1961 en la parte noroeste de la ciudad actual
indican que Bosra fue una de estas ciudades. Los restos de las murallas aún
vigentes en algunas partes de esta zona cerca de la fuente fue lo que permitió
señalar los límites de la ciudad. En el sur es evidente su desarrollo en época
aramea y su gran ampliación a más del doble de la superficie de la ciudad
cananea. Cuando Bosra se convirtió en una ciudad nabatea en el siglo I a.C y se
puso en contacto con la civilización helenística dobló su superficie y se produjo
el florecimiento de su comercio y su industria. El barrio oriental se convirtió
en el barrio de los ricos y se lleno de edificios. En él se trazaron nuevas
calles, se edificó el nuevo palacio y se construyó, sobre una elevación
cercana, un gran depósito para el abastecimiento de agua durante todo el año.
El rápido crecimiento de la ciudad se produjo gracias al movimiento de
caravanas que hizo de Bosra un centro por el que pasaban y se intercambiaban
mercancías.
En la época romana la organización de
la ciudad se convirtió en una especie de patio grande que iba más allá de los
límites de la urbanización. Este nuevo orden pretendía influir en el desarrollo
social de la población y en su pensamiento. Los romanos quisieron hacer de las
capitales de las provincias, entre ellas Bosra, una pequeña imagen de la ciudad
Romana. Ésta era una forma de dominar a la población sometiéndola a su poder y
a sus tradiciones y ganándose indirectamente su admiración y respeto. Estas
ciudades tenían amplia independencia interior, congresos, jueces, votantes,
consejos de alcaldías, poder para hacer las leyes, para aprobarlas y para
ejecutarlas.
Los trabajos arqueológicos realizados
en varias partes de la ciudad nos proporcionan nuevas informaciones sobre su
organización a partir del año 105 d.C., y de la provincia árabe cuando Bosra
era su capital. En esta época se activó bastante el movimiento constructivo. Se
crearon baños, templos, teatros, y se amplió el trazado de la calle principal
que se decoró con galerías, columnas jónicas y arcos de triunfo. Con la paz
empezó la construcción de un amplio campamento y la organización del norte de
la ciudad. Se edificaron los midades y los depósitos de agua fuera de las
murallas de la ciudad, después, los edificios pegados a las murallas por la
parte exterior, utilizándose escombros y antiguos restos en la restauración y
el reforzamiento. El estilo de estos monumentos fue el conocido en la mayoría
de las partes donde llegó la cultura romana, pero la característica principal
en Bosra y Horán fue la piedra como elemento fundamental de la construcción.
Apenas se utilizó madera y fue el basalto el material utilizado en la
construcción y la decoración. Después de tallado y pulido, construyeron con él
capiteles, cornisas, puertas, ventanas, asientos, armarios, arcos y cúpulas.
Los arcos de piedra se convirtieron en
el elemento fundamental para unir dos bases separadas. La construcción de estos
arcos sobre distancias equidistantes hizo posible poner sobre ellos un techo
compuesto de vigas anchas y largas de piedra. Cuando la distancia era menor, la
utilización de la piedra en las construcciones conseguía llegar a una gran
precisión. Aquí fue donde nació este estilo fuerte y capaz de resistir a los
numerosos terremotos. Los ingenieros que reconstruyeron Bosra para ser capital de
la provincia árabe tuvieron en cuenta su relieve en la parte occidental y
también en el interior de las murallas cananeas y arameas. Se adecuaron a los
desniveles del terreno y a las elevaciones que empiezan en el barrio oeste con
una altura de 830 metros
sobre el nivel del mar y que termina en los límites del barrio este con 852 metros.
También procuraron orientar la calle
principal hacia la salida del sol, y a pesar de los destrozos causados por los
terremotos y las destrucciones de los invasores, la organización romana
continúa hasta ahora y sus restos tienen una altura que oscila entre los 2 y 4 metros de altura. En la
época bizantina se conservaron los planos principales de la organización de la
ciudad como estaba en época romana, pero se extendió un poco hacia al noreste.
En este momento se construyeron muchas iglesias importantes en la mitad este de
la ciudad y también el convento del monje Buhayra, edificado sobre un edificio
anterior al siglo IV que se situaba en el mismo lugar y del cual se
aprovecharon los escombros para obtener una mayor elevación. Otra modificación
fue el cambio de dirección de algunas de las calles secundarias que unían las
diferentes manzanas.
En época ayyubí se reconstruyó la
mezquita Al-Umari en los límites de la calle principal, sobre un templo pagano,
y la ciudad siguió conservando su antigua organización. En cuanto a las
Cruzadas, se caracterizaron por la construcción de la ciudadela y los edificios
religiosos y civiles.
La ciudad de Bosra fue casi destruida
a principios del siglo XIX y no había allí nada más que algunas viviendas
pobres sobre la puerta nabatea y las columnas de Al-Siqaya. Ray dice que en su
viaje a Bosra en 1854 no pudo contar nada más que 14 casas. Poco después la
ciudad comenzó a desarrollarse lenta pero visiblemente, hasta el año 1931.
de 15 escalones. Sus cimientos continúan
sanos.Los lugares arqueológicos de Bosra por Dureid Miqdad. Traducción de Dr. Khaled Ghanim y Antonia Navarro Caparrós se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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