martes, 17 de diciembre de 2013

SIRIA: BOSRA / 10 y FINAL



El Campamento
Ente los viñedos que hay al norte de la ciudad se descubrieron algunas murallas desconocidas hasta entonces incluso por los arqueólogos que visitaron la ciudad o investigaron sus ruinas. La causa es que estos muros no se diferencian mucho de las numerosas pedrizas que rodean los viñedos para separar las diferentes particiones del terreno.
Los estudios arqueológicos indican que este campamento fue construido a principios de la época ruaqui, en la formación de la provincia árabe, siendo Bosra su capital. Una inscripción latina descubierta en la parte sur de la muralla nos revela que pudo ser construido alrededor del año 106-107 d.C. Las excavaciones descubrieron la puerta principal del campamento que estaba compuesta de dos torres laterales y una entrada fortificada. También se descubrieron los restos de algunas torres sobresalientes de la muralla norte de la ciudad y parte de su fortificación. Las murallas de la ciudad en esta parte no fueron necesarias después de la construcción del campamento y por eso se anularon. Posteriormente, las partes oriental y occidental de la ciudad se unieron a la muralla del campamento y deducimos, de las numerosas columnas utilizadas en su construcción, sin duda romanas, que fue restaurada numerosas veces, para lo cual se utilizaron restos de las antiguas construcciones que se encontraban en el interior de la muralla, y sobre las que se levantó el campamento.
La muralla este tiene aproximadamente 400 metros de largo y la muralla norte unos 440 metros. Aparece como uno de los mayores campamentos que había desde Al-Qastal, en el norte, hasta Maan, en el sur, y cuyo número oscilaba entre 25 y 30. De los grupos que vivieron en estos campamentos conocemos algunos como la tercera legión pártica, la guardia armada del desierto o la caballería pártica. También pasaron por allí otros grupos militares de los que no sabemos su nombre.
La tercera legión pártica tuvo una larga estancia en este campamento. Los latinos eran pocos, según indican decenas de monumentos conmemorativos que se extienden por toda la ciudad. Esta columna disponía de armamento ligero y estaba muy bien organizada, hasta el punto de poder resistir ataques y asedios. Estaba compuesta de caballería, infantería y la guardia del desierto. Fue traída en el año 117 d.C de Egipto y acampó en Bosra. Algunos de sus miembros se distribuyeron por pueblos cercanos a la ciudad. Esta legión adquirió una gran fama y fue apodada “la legión invencible”, según reza en algunas inscripciones arqueológicas. En cuanto a su origen, aún hoy no se conoce exactamente, pero su nombre se menciona en la época de César Augusto a partir del año 29 d.C, como “la tercera”. Participó durante su permanencia en Egipto en algunas batallas en el sur y en la construcción de la calzada hasta Etiopía. Cuando los judíos encendieron el fuego de la guerra civil en Palestina, vinieron algunas alas de la tercera legión de Egipto y asediaron a los rebeldes. Posteriormente el resto de las alas se trasladó de Egipto a Bosra, ciudad en la que se establecieron. En esta época, la legió se componía de un ejército de ciudadanos y profesionales, ayudantes, guardia interior y policía. Alcanzó las 5600 personas en infantería a las que se unieron los cuerpos de caballería y de defensa del desierto en una proporción del 25%. El campamento tenía un general responsable de la aplicación del orden interno a los miembros de la guardia. También se encargaba de otros asuntos como ascensos, arrestos, nombramientos, traslados, distribución de uniformes,  reparación de armas, enfermedades, jubilaciones, etc., todo lo cual estaba sometido a unas leyes fijas.
Se ha descubierto, gracias a las excavaciones en el teatro, una escritura latina que lleva el nombre del dios Júpiter Amón, dios de Siwa. Este texto dice: “Júpiter el Magnífico, el Brillante Portador de Santidad, oh, Amón, de esta forma Livios Torinos ha realizado el sacrificio”.
Con ésta y otras inscripciones podemos afirmar que los soldados de la legión y sus oficiales llegados de Egipto practicaron ritos y adoraciones conocidas allí y construyeron templos y monumentos en Bosra que indican la existencia, en aquel tiempo, de una unidad entre ambas tierras, una unidad que se ha dado a través de distintas épocas históricas.

Las murallas de la ciudad
Clirmon Gavo cree que las murallas de Bosra se remontan a la época de los árabes nabateos y apoya su teoría en un texto nabateo encontrado cerca de la muralla. Sin embargo, los trabajos arqueológicos que se hicieron posteriormente nos descubrieron varias fortificaciones que rodeaban la ciudad mucho antes de los nabateos, e incluso nos han limitado aproximadamente su extensión en época cananea y luego aramea.
Estas fortificaciones son el mismo estilo que las murallas cananeas de Horán. Se componen de piedras de gran tamaño oscilando entre 1 y 2,5 metros de largo por 1,5 de alto y entre 1,5 y 2 metros de ancho; situadas una sobre otra forman una muralla de unos 10 metros de alto por unos 4 de ancho. El mortero es de tierra mezclada con paja. La mayor parte de esta muralla aparece en la zona noreste de la ciudad. Rodea una zona elevada que se extiende hasta una fuente situada en el lado este, luego se extiende hacia el oeste llegando a la zona hundida de las tres albercas. Tiene la piscina romana al sur. Cerca de la piscina se descubrió una parte de las fortificaciones y la ciudad aparece en esta época con forma ovoide. Ocupa la totalidad de la elevación cercana a la fuente y antes de la época nabatea se amplió extendiendo sus edificios hacia el sur. Es probable que se debiera este desarrollo a la época aramea y se crearan entonces nuevas murallas en el límite de la altiplanicie que da a la costa. Las murallas de la antigua ciudad cananea no cambiaron en la parte norte y esto dio una forma rectangular a la ciudad que se extendía desde el norte al sur. En época nabatea se restauraron estas murallas y se expandieron hacia el este para rodear los nuevos edificios que se habían levantado allí, pero su aspecto no se aprecia bien. Los restos de las murallas que aparecen en el noreste de la ciudad se parecen a las murallas antiguas, tanto en el método de construcción como en el tamaño. Son muros edificados con piedras y restos de edificios diferentes. Se han realizado rápidamente y no hay indicación definitiva de que sea una construcción propia de nabateos excepto por la escritura que publica Clirmon, cuyo texto es el siguiente:
“este es el muro completo … y también … las albercas construidas por Taimar B. Nasiyo para el dios Dishara”.
Clirmon dice que el descubrimiento de esta escritura se produjo en la mezquita de Fátima. Si reflexionamos sobre la posición de la mezquita, que está en medio del barrio noreste de la ciudad, y también sobre el texto de la escritura, podemos dudar de que hable de la construcción de la muralla oeste de la ciudad y de sus partes visibles en las zonas norte y sur. Más bien podría referirse a la construcción de fortificaciones que habían sido levantadas al este de la ciudad donde está su límite actual. No hay medio para comprobar esta duda excepto futuras excavaciones en la zona.
En la época romana los restos indican claramente que los muros del campamento que se construyeron, según parece, a principios del siglo II  d.C, formaban una muralla que protegía la ciudad por el lado norte. Estos muros estaban unidos a las fortificaciones cananeas de la parte oeste y a los restos de las murallas que se ven en la mezquita Mabrak al-Naqa por la parte este. Si tenemos en cuenta lo que recuerdan los historiadores sobre la destrucción de fortificaciones y edificios durante los ataques persas en el año 614, y los daños y destrucción que supusieron los terremotos en el siglo XI, podemos afirmar que las murallas se reconstruían después de los ataques, mientras que se descuidaban en épocas de paz.

El palacio del arzobispo
Se sitúa al este de la iglesia, entre un conjunto de edificios nuevos. Los restos de los muros, arcos y antiguas columnas forman, según se cree, las partes restantes del edificio del palacio del Arzobispo de Bosra.

El midán
Estaba dedicado a las carreras de caballos y a los juegos deportivos. Según la tradición, se sabe que la equitación era el deporte más practicado por los árabes en las diferentes ciudades de la provincia.
Los trabajos arqueológicos descubrieron en el sur del teatro un edificio rectangular cerrado por la parte sur y abierto por la parte norte al igual que muchos midanes construidos a la romana. De los muros de este midán no queda nada más que señales que nos indican cuáles fueron sus límites y nos dan idea de su antigua forma. Parece ser que tenía un graderío compuesto


Organización de Bosra
En el resumen histórico se aprecia que la organización de las ciudades fue conocida ya mucho tiempo antes de la época romana, y ciudades con murallas elevadas y fortificaciones fuertes, mercados comerciales, templos religiosos y oficiales habían sido realizadas desde épocas antiguas.
Los trabajos de prospección que se realizaron durante marzo de 1961 en la parte noroeste de la ciudad actual indican que Bosra fue una de estas ciudades. Los restos de las murallas aún vigentes en algunas partes de esta zona cerca de la fuente fue lo que permitió señalar los límites de la ciudad. En el sur es evidente su desarrollo en época aramea y su gran ampliación a más del doble de la superficie de la ciudad cananea. Cuando Bosra se convirtió en una ciudad nabatea en el siglo I a.C y se puso en contacto con la civilización helenística dobló su superficie y se produjo el florecimiento de su comercio y su industria. El barrio oriental se convirtió en el barrio de los ricos y se lleno de edificios. En él se trazaron nuevas calles, se edificó el nuevo palacio y se construyó, sobre una elevación cercana, un gran depósito para el abastecimiento de agua durante todo el año. El rápido crecimiento de la ciudad se produjo gracias al movimiento de caravanas que hizo de Bosra un centro por el que pasaban y se intercambiaban mercancías.
En la época romana la organización de la ciudad se convirtió en una especie de patio grande que iba más allá de los límites de la urbanización. Este nuevo orden pretendía influir en el desarrollo social de la población y en su pensamiento. Los romanos quisieron hacer de las capitales de las provincias, entre ellas Bosra, una pequeña imagen de la ciudad Romana. Ésta era una forma de dominar a la población sometiéndola a su poder y a sus tradiciones y ganándose indirectamente su admiración y respeto. Estas ciudades tenían amplia independencia interior, congresos, jueces, votantes, consejos de alcaldías, poder para hacer las leyes, para aprobarlas y para ejecutarlas.
Los trabajos arqueológicos realizados en varias partes de la ciudad nos proporcionan nuevas informaciones sobre su organización a partir del año 105 d.C., y de la provincia árabe cuando Bosra era su capital. En esta época se activó bastante el movimiento constructivo. Se crearon baños, templos, teatros, y se amplió el trazado de la calle principal que se decoró con galerías, columnas jónicas y arcos de triunfo. Con la paz empezó la construcción de un amplio campamento y la organización del norte de la ciudad. Se edificaron los midades y los depósitos de agua fuera de las murallas de la ciudad, después, los edificios pegados a las murallas por la parte exterior, utilizándose escombros y antiguos restos en la restauración y el reforzamiento. El estilo de estos monumentos fue el conocido en la mayoría de las partes donde llegó la cultura romana, pero la característica principal en Bosra y Horán fue la piedra como elemento fundamental de la construcción. Apenas se utilizó madera y fue el basalto el material utilizado en la construcción y la decoración. Después de tallado y pulido, construyeron con él capiteles, cornisas, puertas, ventanas, asientos, armarios, arcos y cúpulas.
Los arcos de piedra se convirtieron en el elemento fundamental para unir dos bases separadas. La construcción de estos arcos sobre distancias equidistantes hizo posible poner sobre ellos un techo compuesto de vigas anchas y largas de piedra. Cuando la distancia era menor, la utilización de la piedra en las construcciones conseguía llegar a una gran precisión. Aquí fue donde nació este estilo fuerte y capaz de resistir a los numerosos terremotos. Los ingenieros que reconstruyeron Bosra para ser capital de la provincia árabe tuvieron en cuenta su relieve en la parte occidental y también en el interior de las murallas cananeas y arameas. Se adecuaron a los desniveles del terreno y a las elevaciones que empiezan en el barrio oeste con una altura de 830 metros sobre el nivel del mar y que termina en los límites del barrio este con 852 metros.
También procuraron orientar la calle principal hacia la salida del sol, y a pesar de los destrozos causados por los terremotos y las destrucciones de los invasores, la organización romana continúa hasta ahora y sus restos tienen una altura que oscila entre los 2 y 4 metros de altura. En la época bizantina se conservaron los planos principales de la organización de la ciudad como estaba en época romana, pero se extendió un poco hacia al noreste. En este momento se construyeron muchas iglesias importantes en la mitad este de la ciudad y también el convento del monje Buhayra, edificado sobre un edificio anterior al siglo IV que se situaba en el mismo lugar y del cual se aprovecharon los escombros para obtener una mayor elevación. Otra modificación fue el cambio de dirección de algunas de las calles secundarias que unían las diferentes manzanas.
En época ayyubí se reconstruyó la mezquita Al-Umari en los límites de la calle principal, sobre un templo pagano, y la ciudad siguió conservando su antigua organización. En cuanto a las Cruzadas, se caracterizaron por la construcción de la ciudadela y los edificios religiosos y civiles.
La ciudad de Bosra fue casi destruida a principios del siglo XIX y no había allí nada más que algunas viviendas pobres sobre la puerta nabatea y las columnas de Al-Siqaya. Ray dice que en su viaje a Bosra en 1854 no pudo contar nada más que 14 casas. Poco después la ciudad comenzó a desarrollarse lenta pero visiblemente, hasta el año 1931.
de 15 escalones. Sus cimientos continúan sanos.

Licencia Creative Commons
Los lugares arqueológicos de Bosra por Dureid Miqdad. Traducción de Dr. Khaled Ghanim y Antonia Navarro Caparrós se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

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