Museo Nacional Arqueológico de Alepo
En una de las
márgenes del río Orontes se encuentra, en un pequeño edificio, el Museo
Nacional Arqueológico. Desde fuera no se puede percibir la grandeza de su
contenido.
Rodeado de un
gran jardín donde se exponen algunas piezas encontradas en las excavaciones se
accede al interior por una puerta que es reproducción de la entrada al Templo de
Tell Halaf. Se trata de un conjunto escultórico tallado en roca basáltica y
compuesto por dos leones y un toro. Encima de los animales tres colosales
estatuas hieráticas (dos masculinas y una femenina) representan a los dioses
mesopotámicos. A los lados dos bajorrelieves de esfinges adornaban los
laterales del Templo.
A la entrada un
gran mapa da la bienvenida al visitante. En él se detalla cada una de las
misiones arqueológicas que han tenido y tienen excavaciones en Siria.
En la planta
baja del edificio (el museo consta de dos plantas) se encuentran las piezas de
las épocas prehistórica y protohistórica procedentes de Tell Halula, Tell
Halaf, Ciudad Mari (ciudad estado a orillas del Éufrates), Ebla, Ain Dara y
Ugarit. Es precisamente en Ciudad Mari donde se encontró el esqueleto de un
niño Neandertal y que se expone en una urna de cristal en perfecto estado de
conservación.
Avanzando se entra en la sala donde se encuentran las
estatuas de Lasgan y de Echtub Elemo encontradas en Ciudad Mari. Talladas en
roca basáltica tienen características únicas: una es la posición imposible de
sus manos cruzadas delante del pecho y otra sus ojos (uno mirando al cielo y el
otro a la tierra).
Otra de las figuras
que sorprende es la del imponente León de Bronce del Templo de Dagan.
La sección
dedicada a Ugarit conserva las tablillas encontradas y que están consideradas
como el primer alfabeto de la lengua ugarítica. Ugarit era una población dedicada a la
agricultura por lo que no es de extrañar que se hayan encontrado útiles como
una hacha de bronce con hilos de oro incrustados, una copa de oro con escenas
de animales, vasijas y jarras talladas, etc.
Tras esta sala
se encuentra la dedicada a los asirios en la que podemos ver dos gigantescas
estatuas de dioses oferentes, una enorme estela de Assarhaddon, un curioso
fresco de dos príncipes, así como numerosos relieves. Hay un apartado destinado
a las piezas de marfil tallado que se utilizaban para decorar muebles, camas,
sillas, etc.
En la sección
dedicada a los hititas podemos admirar las piezas encontradas en el yacimiento
de Ain Dara (siglo X antes de Cristo) destacando por su mirada y sus poses las
figuras de dioses que cubrían las paredes de la sala interior del palacio.
Se expone
también la estatua de un toro salvaje en oro hallada en el Palacio real de Ebla
(Tell Mardikh).
La planta
superior está dedicada al mundo clásico y al Islam antiguo. Se pueden ver
objetos de la época romana, interesantes mosaicos, etc.
En uno de los patios (tiene dos el museo) al
aire libre, rodeados de plantas se pueden ver columnas y restos arqueológicos
de la época romana, pero lo que más llama la atención es un inmenso mosaico
romano (reconstruido), una tumba colectiva y gigantescas estelas del dios
hitita Hadad.
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