viernes, 6 de septiembre de 2013

SIRIA. ALEPO / 3



Los Zocos
سوق
Gracias a su ubicación, en medio de las rutas comerciales de las caravanas y en especial a la famosa ruta de la seda que venía desde China, Alepo tenía los mayores y mejores zocos de Oriente.
Sus bazares cubiertos estaban preparados para recibir las mercancías de Oriente y Occidente, siendo el corazón económico de la ciudad, donde se encontraban los Caravasares, los almacenes comerciales, las fuentes de agua, las mezquitas y todo lo necesario para el visitante.


Cada bazar se especializaba en una mercancía específica. Todos ellos alrededor del Gran Bazar principal que se extendía desde la puerta de Antioquia hasta la fortaleza.
El más grande de todos era el de Yumbro K que data del siglo XVI, al que le seguía el caravasar Al-Wazir del siglo XVII.

En el suk del Manadil (bazar de los pañuelos) encontrábamos el ejemplo más antiguo de servicios de lavabos públicos del siglo XII (posteriormente restaurados en el siglo XIV).

Me cuesta tanto hablar en pasado.
Pensar que esos zocos han sido bombardeados, quemados, destruidos.

Surgidos al pie de la Ciudadela desde la época mameluca en la que se destinaron diferentes bazares a la soldadesca. Con el paso del tiempo se convirtió en un recinto con puertas que se cerraba durante la noche. Con sus calles orientadas de Este a Oeste y de Norte a Sur, eran de una arquitectura sobria y homogénea con estrechas calles abovedadas con la única iluminación que proporcionaban los tragaluces del techo y las bonitas lámparas orientales.

Pasear por ellos era un verdadero placer para los sentidos. A diferencia de otros zocos de Oriente, los comerciantes aguardaban sentados a las puertas de sus tiendas, sin agobiar a los visitantes. Eso sí, una vez traspasadas las puertas de su comercio era difícil salir con las manos vacías. Recuerdo, en el bazar de los pañuelos (la seda que se vendía en Alepo tenía fama de ser la mejor) donde entramos en la tienda de un armenio. Tras una hora de charla, tres tazas de té y media hora más de regateo salí con media docena de pañuelos de seda, incluido uno que me dijo había bordado su propia madre.

En el zoco de las joyas se podía adquirir a muy buen precio oro y plata. A la entrada de las tiendas, en un cartel, se anunciaba a cuánto estaba ese día el gramo (allí las joyas se compran al peso). Pero si había algo que llamaba la atención no eran las joyas (de diseño oriental muy trabajado y bonito) no, era precisamente las pocas medidas de seguridad que tenían. Eran pequeñas tiendas y talleres donde los cristales y puertas no estaban blindados. Este detalle era significativo pues al no haber robos, como nos dijo uno de los artesanos, éstos no tomaban precauciones.

Según nos acercábamos a la puerta de Antioquia las callejuelas del bazar se iban estrechando. Jabones de aceite de oliva y laurel, especias, caramelos… Todo bajo la luz tamizada de las claraboyas abiertas en el techo. Antes de abandonar el bazar en un recodo nos encontramos, de repente, con la gran mezquita Omawi.



La gran mezquita Omawi
الجامع الكبير
El proyecto de construcción de esta mezquita lo inició Walid I, el mismo califa que construyó la gran mezquita Omeya de Damasco, aunque fue terminada por su sucesor y hermano el califa Solimán (año 715).

Fue destruida en 1169 y reconstruida por el sultán Nour Eddin Zenki en el siglo XII según el diseño original.
Lo primero que llamaba la atención era su minarete de la época seléucida (siglo XI) según unas escrituras grabadas en el mismo.














En el patio central de la mezquita está el lugar dedicado a las abluciones y la tarima de madera decorada. A su alrededor los pasillos bordeados de columnas.







Dentro del oratorio, dividido en tres secciones por dos filas de columnas coronadas de arcos de media punta y cuya base es cuadrada se encuentra el nicho principal o mihrab. A la izquierda está el santuario de Zacarías (padre de Juan el Bautista) muy venerado por los musulmanes de todo el mundo.
Desgraciadamente, el conflicto que asola Siria ha hecho que su minarete haya quedado destruido.






 
Al lado occidental se la mezquita se encuentra la Madrassa Al-Hallawiya. Escuela coránica levantada por el mperador Nour Eddin Zenki sobre los restos de la iglesia binzantina de Santa Elena.

Enfrente, por el lado oriental de la mezquita se encontraba el Suq As-Sagha (zoco del oro) y el Jan As-Sabun (el caravasar del jabón). 




Los Caravasares
Si hablamos de los zocos no podemos olvidarnos de mencionar los Caravasares.

La palabra caravasar deriva del turco kervansaray (Caravansarai), y esta del persa karavan (كاروان 'viajeros') y sara (سرا 'hostal, refugio, palacio).

Un caravasar estaba diseñado para albergar y dar reposo y alimento a los viajeros y a sus animales después de una travesía. Fueron piezas claves en el desarrollo de las rutas de comercio. 

El más grande es el del Yumbro Khan, aunque el más bello y conocido sea el caravasar Khan Al-Wazir. Caravasar del Visir.


La bonita decoración hace que sea uno de los caravasares más hermosos de Alepo, aunque sea el segundo en tamaño. Fue construido en el siglo XVII.
































Se trata de un edificio rectangular de dos plantas con un portal tallado en piedra basáltica y en mármol blanco con dibujos geométricos. La entrada está franqueada por una gran puerta de madera, que solo se abría a los animales. En la misma hay otra puerta más pequeña destinada a los hombres. Entramos por ella. El vestíbulo (muy decorado) nos lleva hasta el patio rectangular abierto, donde encontramos en el centro una fuente. Alrededor vemos los establos, los baños, un pequeño oratorio y los almacenes para las mercancías (planta baja). En la planta alta se encuentran las habitaciones para los comerciantes y sus sirvientes.

























El visitante, aislado del ruido exterior por los fuertes muros del caravasar, pasea con tranquilidad, aspira el aroma que cientos de años han impregnado sus paredes, siente como un murmullo las conversaciones de mercado que tuvieron lugar, el balar de los camellos…



Madrasa (مَدْرَسَة)

Es la típica escuela coránica.

En Alepo podemos encontrar un buen número de ellas siendo las más antiguas la de Al-Halawiyah Madrasa construida por Nural al-Din en 1149. Al-Muqadamiyah Madrasa (1123). Al-Shadbakhitiyah Madrasa (1193). Al-Sultaniyah Madraza (1223-1225) donde se encuentra la tumba de Malik al-Zaher, hijo de Saladino.






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