lunes, 1 de diciembre de 2014

EL JARDÍN ANDALUSÍ / 3




El jardín científico

Los jardines también sirvieron en época de Al Ándalus como reducto de experimentaciones botánicas destinadas a la agronomía y la farmacopea. Para ello fueron necesarias la introducción y aclimatación de numerosas especies desconocidas hasta entonces.

A lo largo de los siglos VIII al XIII, los andalusíes trajeron a la Península abundantes productos procedentes de diversos orígenes, que abarcaban desde el Extremo Oriente hasta el Magreb. No consiguieron aclimatar plenamente algunas especies como la pimienta, el cinamomo, el alcanfor o el incienso, pero obtuvieron máximos resultados con el azafrán, la palmera datilera, la caña de azúcar, el algodón, la granada y los cítricos, entre otros. Se generaron grandes excedentes de producción, que hicieron posible la exportación de algunos de estos productos como el azafrán, a otros países del orbe islámico.

Esta aclimatación fue propiciada por los soberanos omeyas de Al Ándalus, y más tarde por algunos emires de las distintas taifas de la Península, que instalaban extensos jardines botánicos cerca de sus palacios o junto a sus fincas de recreo (almunias). Para ello se rodeaban de geóponos que se encargaban de su cuidado y desarrollo y se convirtieron en Jardineros Reales, altamente valorados. Estos científicos fueron estudiosos, no solamente de la botánica, sino también del «Arte de la Agricultura», como ellos la denominaban. El almeriense Ibn Luyun (siglo XIV) decía acerca de la agricultura: «Alá ha puesto dentro de la Agricultura la mayor parte de los bienes necesarios para el sustento del hombre, y por tanto es muy grande su interés por las utilidades que encierra».


Los tratados de agricultura

En ciudades como Granada, Murcia, Valencia, Córdoba, Toledo, Sevilla o Almería surgió una extraordinaria literatura agrícola (literatura geopónica en lengua árabe, cuya evolución historiográfica puede seguirse desde el siglo XI hasta el XIV), donde la mayoría de los autores fueron médicos. Su interés por la agricultura estaba marcado por el conocimiento y aplicaciones médicas y dietéticas de las especies vegetales. 

En Córdoba destacó el médico Abu-l-Qasim al-Zahrawi, muerto en el año 1009. Compuso un Compendio de Agricultura. Toledo presenta a Ibn Wafid (1008-1074), quien compuso varias obras de medicina, entre las que destacamos el Libro de los medicamentos simples Estuvo Ibn Wafid al servicio del rey al-Mamun de Toledo y para él creó un jardín botánico o Huerta del Rey (Yannat al-Sultan) que se extendía por la Vega del Tajo. Fue en este siglo XI, cuando Al Ándalus ve aparecer los primeros «Reales Jardines Botánicos», adelantándose casi quinientos años a los de la Europa del Renacimiento. Entre otras obras, Ibn Wafid escribió una Suma o compendio de Agricultura. La obra agronómica de Ibn Wafid inspiró una de los más famosos tratados de agricultura del Renacimiento: la Agricultura General, de Gabriel Alonso de Herrera, editada en 1513 por encargo del Cardenal Cisneros. 

Abu-l-Qasim al-Zahrawi  













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