El jardín científico
Los jardines también sirvieron en
época de Al Ándalus como reducto de experimentaciones botánicas destinadas a la
agronomía y la farmacopea. Para ello fueron necesarias la introducción y
aclimatación de numerosas especies desconocidas hasta entonces.
A lo largo de los siglos VIII al XIII,
los andalusíes trajeron a la
Península abundantes productos procedentes de diversos
orígenes, que abarcaban desde el Extremo Oriente hasta el Magreb. No
consiguieron aclimatar plenamente algunas especies como la pimienta, el
cinamomo, el alcanfor o el incienso, pero obtuvieron máximos resultados con el azafrán,
la palmera datilera, la caña de azúcar, el algodón, la granada y los cítricos,
entre otros. Se generaron grandes excedentes de producción, que hicieron
posible la exportación de algunos de estos productos como el azafrán, a otros
países del orbe islámico.
Esta aclimatación fue propiciada por
los soberanos omeyas de Al Ándalus, y más tarde por algunos emires de las
distintas taifas de la
Península, que instalaban extensos jardines botánicos cerca
de sus palacios o junto a sus fincas de recreo (almunias). Para ello se
rodeaban de geóponos que se encargaban de su cuidado y desarrollo y se
convirtieron en Jardineros Reales, altamente valorados. Estos científicos
fueron estudiosos, no solamente de la botánica, sino también del «Arte de la Agricultura», como
ellos la denominaban. El almeriense Ibn Luyun (siglo XIV) decía acerca de la
agricultura: «Alá ha puesto dentro de la Agricultura la mayor parte de los bienes
necesarios para el sustento del hombre, y por tanto es muy grande su interés
por las utilidades que encierra».
Los tratados de agricultura
En ciudades como Granada, Murcia,
Valencia, Córdoba, Toledo, Sevilla o Almería surgió una extraordinaria
literatura agrícola (literatura geopónica en lengua árabe, cuya evolución
historiográfica puede seguirse desde el siglo XI hasta el XIV), donde la
mayoría de los autores fueron médicos. Su interés por la agricultura estaba
marcado por el conocimiento y aplicaciones médicas y dietéticas de las especies
vegetales.
En Córdoba destacó el médico Abu-l-Qasim
al-Zahrawi, muerto en el año 1009. Compuso un Compendio de Agricultura. Toledo presenta a Ibn Wafid (1008-1074), quien compuso varias
obras de medicina, entre las que destacamos el Libro de los medicamentos
simples Estuvo Ibn Wafid al servicio del rey al-Mamun de Toledo y para él creó un jardín botánico o Huerta
del Rey (Yannat al-Sultan) que se extendía por la Vega del Tajo. Fue en este
siglo XI, cuando Al Ándalus ve aparecer los primeros «Reales Jardines Botánicos», adelantándose casi quinientos años a
los de la Europa
del Renacimiento. Entre otras obras, Ibn Wafid escribió una Suma o compendio
de Agricultura. La obra agronómica de Ibn Wafid inspiró una de los más
famosos tratados de agricultura del Renacimiento: la Agricultura General,
de Gabriel Alonso de Herrera, editada en 1513 por encargo del Cardenal
Cisneros.
Abu-l-Qasim al-Zahrawi |
© Textos: Instituto Cervantes (España), 2004-2014.
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