Una
casa con siete ventanas. En cada ventana una vela. Junto a los establos vacíos
los campos de trigo. Un bosque de hayas. Sobre el bosque una bandada de
cuervos. Ruido de pasos en la gravilla. Me detengo, no puedo verlos pero se que
están ahí. Duendes, aparecidos, fantasmas… que fluyen con el viento y se
introducen en mi cabeza dando voz al silencio.
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