domingo, 24 de noviembre de 2013

ELENA PONIATOWSKA



Ganadora del Premio Cervantes 2013, el quinto para un mexicano y el primero para una mexicana. Es la cuarta escritora galardonada en 37 años. Antes lo habían ganado las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010) y la cubana Dulce María Loynaz (1992).
Nacida en París el 19 de mayo de 1932, descendiente del último rey de Polonia y bautizada con el rimbombante nombre de Héléne Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska Amor, emigró a México a los nueve años junto a su madre huyendo de la invasión nazi en Francia. La Segunda Guerra Mundial desvío su biografía y le enseñó la importancia del compromiso: su padre luchaba en el ejército francés y participó en el desembarco de Normandía. Un espíritu combativo que Poniatowska heredó a través de su escritura y compromiso personal.
Formada entre EE.UU y México, el periodismo fue su puerta hacia la escritura que siempre ha alternado con la ficción. Defensora de causas sociales, testigo de los principales acontecimientos de la historia mexicana en el siglo XX, ha tocado casi todos los géneros: novela, cuento, poesía, ensayo, crónica, entrevista., incluso la literatura infantil. Su obra ha sido traducida a una decena de idiomas y figura en importantes antologías.
El Premio Cervantes se suma al Alfaguara de novela (2001), El Rómulo Gallegos (2007) o el Biblioteca Breve de 2011. Además, en 2004 fue condecorada con la Legión de Honor del Gobierno de Francia.
Desde las crónicas de la matanza estudiantil del 2 de octubre de 2008, pasando por el terremoto de 1985 en Ciudad de México, o hasta el conflicto armado de Chiapas en 1994, sus trabajos periodísticos su ideología de izquierdas y su defensa de los los derechos humanos. Es una de los intelectuales más influyentes de México.
En las polémicas elecciones presidenciales de 2006 apoyó a Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la Coalición Por el Bien de Todos, que rechazó aceptar su derrota.. Ante la crítica de algunos sectores, 24 destacados escritores extranjeros, entre los que figuraba el el premio Nobel 1998 José Saramago, firmaron una carta en su apoyo.
A partir de 1954, cuando publicó su primer libro, Lilus Kikus, el ritmo de creación de Poniatowska ha sido constante. Un año después del nacimiento de su primer hijo, Emmanuel, en Roma, escribió la obra teatral Melés y Teléo: apuntes para una comedia. En 1959, su entrevista con el astrofísico mexicano Guillermo Haro será determinante en su vida, ya que se casará nueve años después con él, el mismo año en que se produjo la masacre contra el movimiento estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas de México.
Poniatowska empezó a recopilar testimonios del suceso que acabó convirtiendo en el que, junto con la novela Hasta no verte Jesús mío (1969), es uno de sus libros más conocidos: La noche de Tlatelolco: testimonios de historia oral, con el que ganó el premio literario Xavier Villaurrutia, galardón que rechazó.
Otras obras ligadas al periodismo literario, el género que más ha cultivado, han sido recopiladas en los siete volúmenes de Todo México (1991-1999); Domingo siete (1982) y Palabras cruzadas (1961).
En otras ocasiones, Poniatowska escribe obras híbridas entre el reportaje, la crónica y el ensayo, como en Las siete cabritas (2000), o Querido Diego te abraza Quiela (1976), Tinísima (1992), Las soldaderas (1999) o La herida de Paulina: crónica del embarazo de una niña violada (2000), en las que habla de la condición femenina.
Asimismo, ha sido distinguida con el doctorado honoris causa por varias universidades, entre ellas las mexicanas Nacional Autónoma, Sinaloa (1979) y Toluca, así como por Columbia (Nueva York, EEUU), Florida (EEUU), la de Puerto Rico y por la National Hispanic University (California).
En 2007, el gobierno de la Ciudad de México instauró el Premio Iberoamericano de novela que lleva su nombre, en reconocimiento a "su ambición literaria, la subversión y el talento infinito de esta gran dama de las letras", a la que muchos consideran ya "un clásico vivo".



Obras:


Con La noche de Tlatelolco (1971), un libro de testimonios sobre la matanza estudiantil perpetrada por Gustavo Díaz Ordaz en 1968, Poniatowska dio voz a un país ansioso de justicia y democracia -sus entrevistas y testimonios fueron de vital importancia
"No bastaba una sola voz, por dolida y sincera que fuese, para dar el sonido, la significación, la dimensión misma de los trágicos días vividos por muchos mexicanos en octubre de 1968. Elena Poniatowska se dedicó, pues, a oír las múltiples voces de los protagonistas--indiferentes, solidarias, quejumbrosas o airadas--y compuso este enorme testimonio colectivo, que, a la manera de un coro plural, da la relación de los hechos. Desde cualquier punto de vista o posición que adopte ante lo sucedido en esos días, el lector sentirá que esta obra de algún modo le concierne y lo reclama. Estudiantes, obreros, padres y madres de familia, profesores, empleados, soldados y hombres de Estado, en fin, diversos componentes de la sociedad mexicana, aportan su modo de ver, sentir y considerar los acontecimientos. No se trata de emitir un juicio general, sino de recoger la experiencia misma y su reflejo en la memoria de muchos. Los testimonios fueron fielmente transcritos: las palabras vibran en la página con su textura y su tono oral. Este es un libro que será oído mas que leído. Un libro que no podemos dejar de oír."


La colección de cuentos Lilus Likus
De todos los títulos que forman parte de la producción literaria de la escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska, hoy sólo enfocaremos la información hacia “Lilus Kikus”, su primer libro de cuentos.
Este material que comenzó a comercializarse en 1954 está compuesto por varios relatos que, por sus características, consiguen retratar con dulzura y sabiduría al mágico universo infantil.
Su protagonista, tal como lo anuncia el nombre de la obra, es Lilus Kikus, una niña soñadora e inquieta que solía usar su imaginación para vivir las más increíbles aventuras. Entre los anhelos más sorprendentes de esta pequeña que no tiene la costumbre de lavarse las manos con frecuencia figura, por ejemplo, el deseo de tener uñas de sol. Con ellas, cree Lilus, podría disfrutar el placer de la lectura durante la noche ya que sus dedos podrían aportar la luz necesaria para alumbrar los libros, tendría la posibilidad de salpicar su pelo con brillosos rayos solares y hasta poseería una diminuta linterna para cada tecla del piano.
A la estrella de esta historia, a diferencia de otras niñas de su edad, no le gusta llevar baldes, palas y moldecitos a la playa. Allí, como buena admiradora que es de la naturaleza, ella suele entretenerse con la arena y todo lo que las olas arrastran hasta la orilla del mar.
Como resulta evidente, “Lilus Kikus” es un trabajo que la también creadora de “La noche de Tlatelolco” elaboró inspirada en la época más maravillosa de la vida: la infancia. Por esa razón, si les atraen las historias que consiguen conservar y retratar la pureza de un niño, no se prohíban la posibilidad de descubrir este relato maravilloso que, tal vez, no sea la obra más destacada de la autora pero que los llevará hacia un plano mágico donde cualquier sueño puede llegar a convertirse en realidad.


Fuerte es el silencio
Donde lo llamado `policiaco' recupera su dignidad política, donde las muertes y las vidas no son absurdas, donde se reconstruyen los hechos que les han dado su cariz a nuestros días, donde los sentimientos se hilvanan para recuperar la memoria- constituye una admirable principio de la verdadera historia mexicana.













Nada, nadie.
Después de los pavorosos terremotos del 19 y 20 de septiembre de 1985, en la ciudad de Mexico nada ni nadie serán nunca mas de los mismos. Pánico, desesperación, rabia, impotencia, horror, rescates, solidaridad, muerte, la megalopolis sembrada de destrucción por doquier.















Las soldaderas.
Un libro que reune los testimonios de las mujeres que participaron en la Revolución Mexicana: más de 1.900 líderes que lucharon en bandas rebeldes, una multitud anónima de lavanderas, cocineras, enfermeras, madres, esposas, hermanas y combatientes entre las que los lectores vuelven a encontrarse con Jesusa Palancares.





La piel del cielo
«Mamá, ¿allá atrás se acaba el mundo?»
Esta frase abre camino a una historia fascinante: la de un hombre de enorme talento destinado a desentrañar los misterios de la astronomía. Lorenzo de Tena, inconformista y rebelde, deberá luchar contra las desigualdades sociales, las trampas burocráticas y las tentaciones políticas para ver realizada su vocación. Pero los mayores retos de su búsqueda no vendrán de la ciencia sino de la cara más oculta de las personas, la que esconde las pasiones y los sentimientos.
Una novela que, como un telescopio, nos acerca a los desafíos más inalcanzables: las estrellas y el amor.









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