La Gran Mezquita de los Omeyas
Al-Djami Bani Umaya es la mezquita más
importante de Damasco además de ser una de las más antiguas y grandes del
mundo. Está considerada como el cuarto lugar más sagrado del Islam, tras Masyd
al-Haram (La Meca),
la Masyid
al-Nabawi (Medina) y la Masyd
al-Aqsa (Jerusalén).
El lugar donde se encuentra es
considerado lugar sagrado desde hace miles de años. Los arameos, fundadores de
la ciudad, habían construido en ese lugar su templo a la deidad Hadad.
Posteriormente los griegos y los romanos dedicaron el lugar a Júpiter.
Era un templo imponente que abarcaba,
con su muralla externa, los trescientos diez por trecientos ochenta metros.
En la época bizantina fue reconvertido
en la Iglesia
de San Juan Bautista.
Con la llegada de los árabes
musulmanes a Damasco (año 636) utilizaron parte del antiguo templo romano como
mezquita. Durante años compartieron el lugar musulmanes y cristianos hasta que
en el año 705 el califa Omawi llegó a un acuerdo con la iglesia y se inició la
construcción de la gran mezquita.
Las obras duraron diez años. Se
utilizaron los mejores materiales y se contrató a los mejores artesanos de la
región.
Está considerada como el primer modelo
real de la naciente arquitectura islámica. En ella se utilizó, por primera vez,
el minarete y el nicho que marca la qibla. La disposición de las tres naves
cubiertas y paralelas al muro de la qibla y un gran patio porticado exterior,
la hicieron un modelo a seguir en construcciones posteriores.
La mezquita ha sufrido varios
incendios y terremotos a lo largo de su historia, siendo el más grave el
incendio del año 1893 que la destruyó totalmente y por ello hubo de ser
reconstruida.
Desde fuera llama la atención del
visitante los tres minaretes, cada uno de ellos construido en un estilo
diferente.
El minarete de Arous (primero de la arquitectura islámica)
su estilo fue adoptado de la arquitectura bizantina.
El segundo minarete (el más alto de todos) llamado de Jesús, se encuentra en la
parte sureste de la mezquita y se construyó sobre una de las torres del antiguo
templo de Júpiter. Según la tradición religiosa marca el lugar donde el Mesías
volverá a la tierra el día del Juicio Final.
El tercer minarete llamado el del sultán Kubtay queda en
el lado suroeste de la mezquita y fue construido en el año 1488.
Para acceder al interior hay que
franquear una de las cuatro puertas que tiene:
Bab al-Barid (puerta del correo) que se abre al
Oeste;
Bab al-Faradiss (puerta del paraíso) situada al Norte bajo el minarete de Arous
(minarete de la novia);
Puerta de Girón en el lado Este.
Bab al-Ziada (puerta de los joyeros) por el lado sur, la más bella y
espectacular de todas (en mis continuas visitas a la mezquita siempre la
encontraba cerrada).
Si entramos por la puerta Norte nos
brinda una visión panorámica del patio de la mezquita. De forma rectangular, abierto y rodeado
de tres largos pasillos de arcos, columnas y por el oratorio de la mezquita por
el cuarto lado. Allí nos sorprenden tres cúpulas: la bóveda de la tesorería (o de la moneda) sostenida sobre ocho
columnas altas. Adornada con brillantes mosaicos dorados que reflejan la luz
del sol. Data de la época romana y servía de caja de seguridad inaccesible y
bien custodiada para guardar las arcas públicas. ¿Qué mejor lugar para guardar
el tesoro nacional que en el templo?
En el centro del patio se encuentra la cúpula de la fuente que da sombra a la fuente (circular) que utilizan los creyentes
para realizar las abluciones antes de cada rezo.
En el extremo opuesto a la bóveda del
tesoro está la cúpula de las horas (Zein Abidin) bajo la que se reúnen cientos de palomas a
picotear los granos que les ofrecen los visitantes.
Todas las paredes del patio están
revestidas de mármol blanco y negro (haciendo caprichosos diseños geométricos)
o de finos mosaicos brillantes que representan los palacios Omeya o la campiña
damascena.
El suelo del patio (de mármol blanco)
brilla de manera espectacular, por allí vemos a muchos chavales sentados
observando (sobre todo) a las mujeres extranjeras.
En
nuestra primera visita (coincidiendo con el final del Ramadán) habían dispuesto
en el patio varios reposteros acordonando las zonas ya que esperaban la
afluencia de muchos peregrinos. Nos llama la atención los fieles shiitas, todos
vestidos de negro, algunos muy mayores, pero muy amables y educados que han recorrido una larga distancia para estar allí.
Bajo una bóveda cuajada de mosaicos
que representan el Jardín del Edén accedemos a la Sala de Oraciones. Se trata de una
sala espaciosa, coronada por la impresionante cúpula al-Nassr, de cuarenta y
cinco metros de altura, y dividida en cinco salas grandes, cuatro en cada una
de las esquinas y con los nombres de los primeros califas del Islam: Abu Beker,
Omar, Osman y Alí. La quinta sala lleva el nombre del primer Imán Shiita. Es en
esta sala donde se encuentra el sepulcro con la cabeza de Hussein (nieto de
Mahoma) y por ello es muy frecuentada por peregrinos shiitas de todo el mundo.
Llama la atención que de sus verjas cuelgan lazos verdes y negros.
En otra de las salas se encuentra el
santuario de San Juan el Bautista, venerado igualmente por cristianos y
musulmanes y donde, según la leyenda, reposa en un sepulcro de mármol la cabeza
del bautista.
La Gran Mezquita de los Omeyas por Carmen Dorado Vedia se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
En la larga pared del frente (dirigida
hacia La Meca)
hay cuatro nichos. El más bonito es el nicho principal, redecorado después del
incendio de 1983.
Junto a la mezquita, en los muros del
norte, rodeado de un jardín muy bello, se encuentra el Mausoleo de Saladino. Fallecido en el año 1193 fue enterrado al lado de la mezquita
en lo que entonces era una Madrassa (escuela coránica). En el interior hay dos
sepulcros, uno de mármol, mandado construir por el sultán otomano Din Pasha
(año 1876) que está vacío y otro de madera donde reposan los restos del sultán
de Siria, Egipto y Palestina fundador de la dinastía ayubí. En el mausoleo hay
una corona de flores realizada en bronce regalo del Kaisser alemán Guillermo
II.
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