jueves, 18 de junio de 2015

ANIMALES Y FARAONES. El reino animal en el antiguo Egipto (hasta el 23 de agosto en Caixaforum Madrid)

EL TORO

En el antiguo Egipto se adoraba al toro APIS como a un dios de la fertilidad y protector de la monarquía. Pero no todos los tores podían ser considerados dioses. Según cuentan los textos, de entre ellos se seleccionaba al que tuviera unas marcas especiales: una gran mancha en forma de ave en el lomo, otra forma de escarabajo bajo la lengua y otra forma de triángulo en la frente, además de tener la cola bifurcada.

Cuando el toro llegaba a los 9 meses de edad, los sacerdotes del templo de Menfis eran los encargados de realizarle la ceremonia de coronación para considerarlo un dios. Durante una semana le colocaban la indumentaria y los atributos necesarios (mantas, joyas, coronas, cetros...), le ofrecían los mejores alimentos y bebidas, y amenizaban la fiesta con música de sistros y flores de loto.

A lo largo de su vida, el toro vivía en un recinto agradable adosado al templo, donde era tratado a cuerpo de rey: podía pasear libremente por un patio, recibía visitas y obsequios de los visitantes, lo alimentaban con una dieta especial y le permitían aparejarse. Su tarea como dios consistía en proteger mágicamente al faraón y al país, emitir presagios (a través de sus mugidos o su comportamiento) y participar en las festividades sagradas. Una de ellas era de carácter agrícola: para que los campos dieran sus frutos, el faraón y el toro se asociaban compitiendo en una carrera donde pisaban una parcela de tierra cultivable, para propiciar su fertilidad.

Al morir, la población iniciaba un largo duelo y se preparaban los funerales con todos los honores. Su cuerpo era momificado durante 70 días y finalmente trasladado en procesión al Serapeo de Saqqara, una necrópolis subterránea donde recibían sepultura los toros sagrados, dentro de grandes sarcófagos de piedra y acompañados del ajuar funerario.




 
© Las leyendas bestiales del Egipto Faraónico. Caixaforum Madrid



No hay comentarios:

Publicar un comentario