martes, 16 de junio de 2015

ANIMALES Y FARAONES. El reino animal en el antiguo Egipto (hasta el 23 de agosto en Caixaforum Madrid)

LA LEONA Y LA GATA

Cuenta otro mito que el dios Sol Re podía asumir la forma que quisiera. Cuando acabó de crear la Tierra y la humanidad, se convirtió en hombre y se coronó el primer faraón de Egipto, gobernando con justicia durante miles de años. Durante ese largo período de prosperidad y bienestar, los habitantes de Egipto, felices con sus abundantes cosechas, solo tenían palabras de agradecimiento hacia él y no dejaban de ensalzar su nombre, adorándolo cada día.

Pero Re, que había tomado forma humana, envejecía día a día. Poco a poco los egipcios dejaron de respetarlo y empezaron a burlarse de su aspecto senil y a desobedecer sus leyes. Re se enojó de tal manera que decidió solucionar el problema: convocó en un lugar secreto a los dioses que había creado (Nun, Shu, Tefnut, Geb y Nut) y les pidió consejo. La idea fue de la diosa Nut y los demás dioses asintieron: debía destruir a la humanidad.


Enconces Re, con su ojo, que despedía una mirada aterradora, creó a la diosa SEKHMET (la Poderosa), que envió a la Tierra como castigo a los seres humanos. en forma de leona, feroz y ávida de sangre, siguió las órdenes de Re: persiguió como si fueran presas a los hombres y mujeres que habían ridiculizado a su padre, deleitándose en la matanza. Sembró tal pánico y desesperación en Egipto, que asustó al mismo Re, el cual, apiadándose de la humanidad, decidió detener la imparable furia de la cruel diosa. Mandó a sus mensajeros en busca de grandes cantidades de ocre que ordenó mezclar con muchos litros de cerveza. A la luz de la luna, el líquido adquirió el color rojo de la sangre. Se llenaron 7.000 jarras de cerveza que se volcaron cerca del lugar donde descansabe Skhmet. Al salir el Sol, cuando la diosa se preparaba para la cacería, lamió la tierra inundada. Bebió tanto que se embriagó y, al fin, no pudo matar a ningún ser humano más.



Sekhmet volvió ante la presencia de Re, el cual decidió otorgarle el aspecto pacífico de BASTET, tierna y amable diosa gata protectora de los egipcios y de sus casas, y símbolo de la alegría de vivir.
Los antiguos textos explican que en la ciudad egipcia de Bubastis, consagrada a su culto, se celebraba la llamada Fiesta de la embriaguez, donde los egipcios consumían vino en abundancia mientras bailaban al son de la música acompañada de sistros. La fiesta mantenía a la diosa contenta y halagada, evitando que volviera a convertirse en la terrible Sekhmet. 
 

© Las leyendas bestiales del Egipto Faraónico. Caixaforum Madrid


1 comentario:

  1. ¿Cuándo va a decidirse Re a elaborar una estratagema para librar a la humanidad de los poderosos contemporáneos, más cueles aún que Sekhmet?

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