Hay varias leyendas sobre la historia de los Reyes Magos, una de ellas cuenta que, montados en dromedarios y guiados por una estrella caminaron durante semanas por senderos sinuosos y extraños hasta llegar al portal de Belén, donde se detuvo la estrella y allí adorar al rey de los judíos.
Otra leyenda bastante curiosa cuenta que al llegar los tres reyes magos y entregar los presentes la estrella, que los guió, desaparece; así los tres inician el regreso a sus hogares tardando trece años. Al llegar a sus respectivos reinos la estrella vuelve a aparecer, primero a Melchor que muere a los 116 años de edad; transcurridos cinco días fallece Gaspar a los 112 años y, finalmente Baltasar a los seis días después con 109 años. Sus cuerpos fueron enterrados juntos en una gran tumba de oro y bajo la luz de la estrella que los guió hasta Belén.
Según la leyenda el
1 de junio de 1164, Federico Barbarroja ordenó llevar, desde la iglesia
de San Eustorgio (Colonia), las reliquias de los Reyes Magos, depositándose en
la iglesia de San Pedro, donde se hallaban desde el siglo IV cuando el nobre
griego Eustorgio había llegado a Milán enviado por Constantino,
habiendo sido proclamado obispo y recibiendo como regalo las reliquias de los
Magos de Oriente.
Magos, adivinos y astrólogos caldeos, procedentes de la región sirio-mesopotámica, conocedores de la "ruta del Incienso" que se extendía desde el Oceáno Índico, subiendo por la península arábiga hasta el Mediterráneo. Pero, ¿quiénes eran?
Melchor (Magalath), anciano de blancos cabellos y
larga barba del mismo color, rey de los persa.
Gaspar (Galgalath), el más joven y rubio
de los tres reyes magos procedente de Asia. Gaspar.
Baltasar (Serakin), de raza negra,
procedente de Arabia.
Según el Evangelio de San Mateo, capítulo 2
"Cuando Jesús nació en Belén de Judá en días del rey Herodes,
vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo:
- Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su
estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Oyendo esto el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y
convocados todos los principales sacerdotes y los escribas del pueblo, les
preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron:
- En Belén de Judá; porque así está escrito por el profeta:
Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre
los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi
pueblo Israel’.
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de
ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; Y enviándolos a
Belén, dijo:
- Id allá, y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando
le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que
habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo
sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande
gozo. Y entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le
adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes, oro, incienso y mirra. Pero siendo
avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su
tierra por otro camino”.
El por qué de sus regalos:
Melchor entrega la
mirra, La mirra es una sustancia rojiza aromática que es común
en medio oriente y Somalia. Era muy valorada en la antigüedad para la
elaboración de perfumes. La mirra es
el símbolo de los hombres, simboliza los ritos funerarios y la fragilidad humana.
Gaspar entrega el
incienso, El incienso es una preparación de resinas aromáticas
vegetales, a las que se añaden aceites de forma que al arder desprenda un humo fragante
y un olor característico. El
incienso en el símbolo de Dios. En muchas religiones el
incienso se utiliza en los ritos religiosos. Simboliza el sacrificio.
Baltasar entrega el oro,
el más precioso de los metales. El
Oro es el símbolo de los reyes, de su divina majestad.
Precioso. Me encanta.
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