Los autores clásicos, varios siglos antes de Cristo, situaron el Jardín de las Hespérides en Canarias. Este lugar hace referencia a las islas paradisíacas en las que habitaban las Hespérides, las tres hijas de Atlas, el personaje mítico condenado a sostener la cúpula terrestre tras ser derrotado por Zeus. El Jardín estaba custodiado por Ladón, un fiero dragón de 100 cabezas por las que escupía fuego y al que los antiguos griegos "descubrieron" en la imagen del Teide en erupción.
En
el Jardín de las Hespérides crecían manzanas de oro en los árboles y cuando a Hércules,
otro personaje mítico de la antigüedad, le encomendaron sus famosas 12 tareas,
una de ellas fue robar estas manzanas. Hércules convenció a Atlas
para que las robase, porque le sería más fácil entrar en el Jardín engañando al
dragón. Mientras, Hércules se comprometió a sostener, temporalmente, el cielo.
Atlas aceptó y robó las manzanas después de matar a Ladón, que confiado, le
había franqueado las puertas de aquel paraíso. Y aunque la intención de Atlas
era huir y traspasar para siempre su pesada carga a Hércules, finalmente
Hércules logró engañarle y devolverle a su lugar. Después, las manzanas fueron
entregadas a Atenea,
quien las devolvió al Jardín y a sus jardineras, las Hespérides.
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