domingo, 21 de diciembre de 2014

BELÉN. Siguiendo la Estrella





La ciudad de Belén es santa tanto para los cristianos como para los musulmanes. Conocida por ser el lugar del nacimiento de Jesús (en árabe Issa). Hijo de Dios en la fe cristiana y un profeta divinamente inspirado para los musulmanes.

La Navidad se celebra tres veces al año en Belén: católicos y occidentales la celebran el 25 de diciembre, los seguidores de la Iglesia Griega Ortodoxa celebran la Navidad el 6 de enero y los armenios el 18 de enero.

La ciudad en sí tiene una larga historia prerromana documentada por primera vez en el siglo XVI a.C., en las cartas de Amarna. Las evidencias arqueológicas del período calcolítico, de la Edad del Bronce y de la del Hierro muestran que la primera presencia humana se produjo en la ladera oriental de la colina central de la ciudad, en medio de los campos de Beit Sahur. Probablemente fue aquí donde se emplazó la ciudad de la Edad de Hierro. Pero para los siglos X y VII a.C., la ciudad se encontraba ya en la alta cordillera de la Belén de hoy, en el área de los jardines alrededor y al este de la Iglesia de la Natividad actual.

Situada a 765 metros sobre el nivel del mar, en la antigua ruta de las caravanas y a 10 kilómetros al sur de Jerusalén, está rodeada por cerros ondulados que se angostan al este.

Belén es mencionada por primera vez en la Biblia con el nombre de Errata y en conexión con la muerte de Raquel, quien tras morir dando a luz fue enterrada a las afueras del pueblo por su esposo, Jacob. También a esta tierra se acercó el profeta Samuel y David fue proclamado rey, sustituyendo así a Saúl. Pero sin lugar a dudas, fue el nacimiento de Jesús el acontecimiento más importante del que Belén ha sido testigo, y el evento histórico que durante siglos, ha atraído a peregrinos y visitantes de todo el mundo.

El nacimiento de Jesús en Belén, al final del reinado de Herodes, determinó el destino de la ciudad; bajo Constantino, el primer emperador cristiano, la Iglesia de la Natividad fue construida como una de las tres iglesias imperiales de Palestina; a finales del siglo IV d.C., San Jerónimo se estableció en Belén y construyó dos monasterios. La iglesia fue destruida en el año 529 d.C., y reconstruida a una escala mucho mayor bajo Justiniano; aquella estructura sigue constituyendo la esencia de la iglesia actual. La ciudad fue representada en el mapa-mosaico de Madaba, en el siglo VI d.C.

La iglesia de la Natividad, situada en la plaza Manger es la más antigua de Tierra Santa en la que aún se celebran actos religiosos. La iglesia original fue construida gracias al patrocinio de la madre del emperador Constantino, Helena, que llegó en peregrinación a Palestina en el año 325 d.C., para investigar los lugares asociados a la vida de Jesucristo, aquellos venerados desde los primeros tiempos del cristianismo.

Helena eligió la Gruta de la Natividad, el lugar tradicional del nacimiento de Jesús, como emplazamiento para erigir una enorme basílica, que fue completada en el año 339 d.C. Dentro de la iglesia, dos juegos de escaleras a ambos lados del altar mayor conducen a la gruta, el lugar donde nació Jesús. Una estrella de plata incrustada en mármol blanco y que lleva la inscripción latina “Aquí, de la Virgen María, Cristo nació”, conmemora el lugar. En 2012, la Iglesia de la Natividad y la Ruta de Peregrinación fueron inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial.

A pocos minutos andando desde la plaza Manger, se encuentra la Capilla de la Gruta de la Leche. Según la tradición, es el lugar donde María amamantaba al niño Jesús mientras se escondía de los soldados de Heredes, antes de huir a Egipto. Se trata de una gruta irregular excavada en la suave piedra caliza. Se cree que algunas gotas de leche de María cayeron sobre la roca, volviéndola blanca. Venerada por cristianos y musulmanes, la roca blanca de leche es conocida por sus poderes curativos y su reputada capacidad para hacer el cuidado de los niños más fácil a las mujeres.

En la entrada norte de la ciudad, en el camino de Jerusalén a Hebrón, está la Mezquita Bilal o Tumba de Raquel  la matriarca, la esposa de Jacob, quien murió en Belén al dar a luz a Benjamín. Considerada santa por cristianos, musulmanes y judíos, el santuario y la actual mezquita fueron construidos durante el período otomano. En la ciudad hay restos de dos acueductos que llevaban agua de los baños de Salomón hasta Jerusalén.
El campo de los Pastores. Localizado en el pueblo de Beit Sahur, a 2 kilómetros al este de Belén, éste es el lugar (según la tradición) donde el ángel de Dios se apareció a los pastores anunciando la buena nueva del nacimiento de Jesús, con un coro celestial cantando “Gloria a Dios en las alturas y en la Tierra Paz a los hombres de buena voluntad”. En el pasado, los cananeos habitaron sus numerosas cuevas. En este mismo lugar están también el Campo de Ruth y Boaz y el Pozo de la Dama.

A dos kilómetros al oeste de Belén nos encontramos con la antigua ciudad cananea de Beit Yala, cuyo nombre en arameo significa “alfombra de pasto”. En este lugar se ubica la iglesia de San Nicolás, con su torre cuadrada y su resplandeciente cúpula. El Monasterio Salesiano de Cremisan es famoso por su excelente vino y su aceite de oliva de primera calidad.

Al norte se encuentra Biyar Daoud (pozos del rey David), que marcan el sitio done los hombres del rey David atravesaron una guarnición filistea para llevar agua a su rey.

Escondidas tras altos pinos en un pequeño valle a 4 kilómetros al sur de Belén, se encuentran las Piscinas de Salomón. Consisten en tres inmensas albercas de piedra y albañilería capaces de albergar 160.000 metros cúbicos de agua. Aunque la tradición las atribuye al rey Salomón, las piscinas datan de los tiempos de Herodes, aunque pudieron ser concebidas por Poncio Pilatos. Aquí se recogía el agua de los manantiales que se bombeaba hasta Belén y Jerusalén. Cerca de las piscinas se levanta la fortaleza otomana de Qal’at al Burak, construida en el siglo XVII para proteger sus reservas de agua.

En un valle fértil al sur de Belén, se encuentran las ruinas de Artas (del latín hortus = huerto). Estas incluyen los cimientos de una iglesia y los restos de un convento de los Cruzados, una iglesia, una fortaleza árabe, así como otros vestigios romanos, bizantinos e islámicos. Artas domina una impresionante sobre el espectacular convento de Hortus Conclusus (jardines clausurados).

El Herodium (Jabal Al Furdais), situado a 11 kilómetros al sureste de Belén, es una grandiosa fortaleza construido en el año 37 a.C., para el rey Herodes como lugar de retiro. Contenía torres semicirculares, lujos estancias, baños y jardines. Desde este lugar se domina Belén, Jerusalén, el desierto de Judea y el Mar Muerto.

Monasterio de San Teodosios. Construido por Teodosios en el año 500 d.C., el monasterio está localizado al este de la histórica villa de Obediya, a 12 kilómetros al este de Belén. Una gruta de paredes blancas marca el lugar del entierro de San Teodosios, donde según la tradición, los Reyes Magos descansaron en el camino de vuelta tras visitar a Jesús.

Si nos alejamos 15 kilómetros al este encontraremos el Monasterio de San Saba, construido en un acantilado cara al Cedrón. Fundado en el siglo V por el líder monástico bizantino San Saba, en él se conserva un modo e vida inalterado desde los tiempos de Constantino y se mantiene la prohibición de entrada a las mujeres.

IGLESIA DE LA NATIVIDAD

ESTRELLA DE PLATA EN LA GRUTA DE LA NATIVIDAD

CAMPO DE LOS PASTORES
POZOS DEL REY DAVID
ARTAS
BEIT SAHUR
BEIT YALA
GRUTA DE LA LECHE
HERODIUM
MONASTERIO SAN TEODOSIOS
MONASTERIO DE MAR SABA
PISCINAS DE SALOMÓN
CIUDAD DE BELÉN
MOSAICO DE MADABA (JORDANIA)
TUMBA DE RAQUEL


Textos del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Palestina

No hay comentarios:

Publicar un comentario