sábado, 16 de noviembre de 2013

JOSÉ SARAMAGO


Hoy 16 de noviembre, José de Sousa Saramago, Premio Novel de literatura en 1998 habría cumplido 91 años.

Nacido en Azinhaga, Santarém, Portugal,  destacó como escritor por su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».

Su primera gran novela fue Levantado do chão (1980), un retrato fresco y vívido de las condiciones de vida de los trabajadores de Lavre, en la provincia de Alentejo. Con este libro Saramago consigue encontrar su voz propia, ese estilo inconfundible, límpido y casi poético que lo distingue. En los siguientes años, Saramago publica casi sin descanso:

Memorial do convento (1982), donde cuenta las más duras condiciones de vida del pueblo llano en el oscuro mundo medieval, en épocas de guerra, hambre y supersticiones.

En 1984 Saramago publica El año de la muerte de Ricardo Reis y en 1986 A jangada de pedra (La balsa de piedra), donde cuenta qué sucedería si la península ibérica se desprendiera del continente europeo. Ese año, cuando tenía 63, conoce a quien sería su esposa hasta el final de sus días, la periodista española Pilar del Río, natural de Castril, Granada nacida en 1950, quien finalmente se convierte en su traductora oficial en castellano.

La novela El Evangelio según Jesucristo (1991) lo catapulta a la fama a causa de una polémica sin precedentes en Portugal —que se considera una república laica—, cuando el gobierno veta su presentación al Premio Literario Europeo de ese año, alegando que «ofende a los católicos».

Como acto de protesta, Saramago abandona Portugal y se instala en la isla de Lanzarote (Canarias, España). En 1995 publica una de sus novelas más conocidas, Ensayo sobre la ceguera. En 1997 publica su novela Todos los nombres, que gozó también de gran reconocimiento.

Una de sus últimas obras fue Las intermitencias de la muerte, cuenta de un país cuyo nombre no será mencionado y se produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. De ahí en adelante, se relatarán situaciones inimaginables o no, ya que nadie muere pero siguen envejeciendo.

Falleció en 2010  a los 87 años, en su residencia de la localidad de Tías (Lanzarote), a causa de una leucemia crónica que derivó en un fallo multiorgánico. Había hablado con su esposa y pasado una noche tranquila. Saramago escribió hasta el final de su vida, pues se dice que llevaba 30 páginas de una próxima novela.

Las cenizas del novelista portugués fueron depositadas el 18 de Junio del 2011 al pie de un olivo centenario, traído de su pueblo natal y trasplantado en la Plaza de las Cebollas frente a la Casa de los Bicos de Lisboa, al cumplirse el primer aniversario de su muerte.

(...) El hombre que está dentro vuelve hacia ellos la cabeza, hacia un lado, hacia el otro, se ve que grita algo, por los movimientos de la boca se nota que repite una palabra, uno no, dos, así es realmente, como sabremos cuando alguien, al fin, logre abrir una puerta, Estoy ciego (...)  
Ensayo sobre la ceguera

Al día siguiente no murió nadie. El hecho, por absolutamente contrario a las normas de la vida, causó en los espíritus una perturbación enorme, efecto a todas luces justificado, basta recordar que no existe noticia en los cuarenta volúmenes de la historia universal, ni siquiera un caso de muestra, de que alguna vez haya ocurrido un fenómeno semejante (...)
Las intermitencias de la muerte

La pequeña cría de cerdos que después del desmame eran vendidos a los vecinos de la ... veces a este mi abuelo Jerónimo en sus andanzas de pastor, cavé muchas ... un incansable rumor de memorias que me mantenía despierto, el mismo ... despidió de los árboles de su huerto uno por uno, abrazándolos y llorando.
Las pequeñas memorias

(...) Jesús muere, muere, y ya va dejando la vida (...) y Dios aparece, vestido como estuvo en la barca, y su voz resuena por toda la tierra diciendo, Tú eres mi Hijo muy amado, en ti pongo toda mi complacencia. Entonces comprendió Jesús que vino traído al engaño como se lleva al cordero al sacrificio, que su vida fue trazada desde el principio de los principios para morir así (...)
El evangelio según Jesucristo 

 

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