jueves, 24 de octubre de 2013

SIRIA. BOSRA / 3



Las rocas negras (piedra basáltica) empleadas  para su construcción confieren a toda la región una gran originalidad.
Su economía, bajo peso (por su estructura porosa) y su resistencia han contribuido a que sus monumentos en un estado de conservación admirable.
Entrada a la ciudad
Actualmente llamada Bab al-Hawa, es el primer monumento arqueológico que recibe al visitante proveniente de Der’a. Se remonta al siglo II d.C., cuando se empedró el camino de Bosra a Der’a, y es posterior a la construcción de la muralla occidental de la ciudad.
Es una entrada elevada y su apertura interior alcanza los cinco metros de ancho, aunque la anchura total de la fachada es de casi once metros.
La entrada está cubierta de una techumbre de piedras en forma de arco. Las dos fachadas (interior y exterior) están adornadas con dos arcos, uno dispuesto sobre el otro. Las piedras de estos dos arcos están talladas en forma de friso de decoración sencilla que se extiende a los dos lados de ambas fachadas.
Dos pilares sobresalientes decoran la fachada exterior. En medio de ellos hay un mihrab sobre el que se sitúa un frontón de forma piramidal según el modelo griego con influencias orientales.
En el interior de la torre sur de la entrada se descubrió una base que lleva el nombre de un gobernador de la provincia árabe que hasta entonces era desconocido. También se descubrió una plaza empedrada con basalto por la parte exterior.

El mercado subterráneo
Uno de los más importantes descubrimientos efectuado por la Dirección General de Antigüedades y Museo de Siria fue el del mercado subterráneo que se extiende a lo largo de unos ciento seis metros de largo por cinco de ancho, y que se sitúa al norte de la vía recta.
Este descubrimiento ayudó a concretar la posición de la plaza central de la ciudad en su época de florecimiento.
El mercado guarda cierta similitud con los de la época romana y se considera como uno de los más grandes y más largos.
Las excavaciones arqueológicas sobre este período han proporcionado informaciones de carácter científico sobre el desarrollo de la arquitectura y el origen de las ciudades, y afirman que la ciudad de Bosra contiene ocultos tesoros arqueológicos que requieren cuidados y un mayor interés.
El visitante, antes de llegar al mercado, encuentra restos de cuatro pilares que estaban adornando una plaza, casi redonda, que había en la intersección de las dos calles principales.
Hasta ahora no se ha completado el descubrimiento de todas las partes de este edificio perteneciente al siglo II después de Cristo. La iluminación del mismo se conseguía gracias a treinta y cuatro ventanas abiertas en el muro sur. En el muro norte se abrían seis puertas de entrada a las que se accedía por la plaza pública. Este muro está decorado con nichos rectangulares.
Una vez limpio de escombros, su altura alcanzó cuatro metros y medio. Se puede deducir la existencia de un piso alto compuesto de una galería de columnas talladas de estilo ayyubí que da a la parte norte por una amplia ventana. También podemos afirmar que el edificio subterráneo se utilizó como almacén para las mercancías durante la noche.

El Arco de Triunfo
Al principio de la época romana, los arcos de triunfo tenían una forma semejante a las puertas de las ciudades. En la época helenística, sin embargo, no se conocían. Ante ellos se ofrecían los sacrificios a los dioses, sin cuya realización, un general no podía entrar en la ciudad. De esta forma, los arcos de triunfo fueron construidos en todas las ciudades importantes para simbolizar el regreso de los ejércitos victoriosos. Normalmente se realizan al lado de la plaza pública. Los habitantes de Bosra lo llamaron Bab al-Qandil y su historia se remonta al siglo III después de Cristo.
Se conserva la fachada norte, pero no la sur, destruida por el paso del tiempo.
La construcción se compone de tres arcos, siendo el más alto el del centro, cuya altura es de trece metros. En un pilar de la cara occidental aparece una escritura latina que indica que fue realizado para conmemorar la victoria de Julio Juliano, general de la primera legión pártica perteneciente a Filipo el árabe. El arco se comunica con el teatro de Bosra por la calle que va hacia el sur.
Los trabajos arqueológicos descubrieron el pavimento de las calles y bases de columnas talladas de decoración ayyubí realizadas en piedra caliza.

Los baños
Los baños tuvieron gran importancia en la vida social de los habitantes de la ciudad en época romana. En ellos se practicaban ejercicios deportivos, después, las personas que acudían a ellos se relajaban y tomaban majares que ofrecían los empleados del baño.
Entre las clases privilegiadas de la ciudad proliferaron los baños privados, sin embargo, esto no disminuyó las visitas a los baños públicos, que siempre fueron considerados como lugar para hablar con los amigos, hacer negocios comerciales, discutir o, simplemente, cambiar impresiones. Los baños disponían de todos los medios que aseguraban al usuario el ejercicio, la limpieza, el agua abundante y el calor.
En Bosra había tres grandes baños públicos, a pesar de que existían también baños privados en la mayoría de las casas. El primero se construyó en el sur de la ciudad, entre el teatro y la vía recta. Los restos de los baños centrales se encuentran al lado oeste de la muralla.
Las casas modernas ocultan la mayor parte de los baños del norte y se puede saltar a sus tejados desde las casas de alrededor.
Antiguamente se accedía a ellos por la calle recta, después de cruzar un patio elevado decorado con ocho columnas al estilo ayyubí. Hoy se puede entrar por dos puertas principales que dan a una sala amplia, preparada para desvestirse y guardar la ropa.  Sus dimensiones son de quince por doce metros y sus lados están decorados con cuatro nichos elevados en cada una de las equinas y un amplio mihrab en las dos entradas. A través de esta sala se accede al interior del baño.
En sus lados este y oeste hay dos puertas que se abren a otras dos habitaciones de agua caliente y sus anexos. Como es sabido, el bañista ha de recorrer una por una, todas estas salas. Después de desnudarse ha de pasar a la sala fría, de ahí a la templada y después a la caliente, donde abunda el vapor que facilita la transpiración, y hay pilas y bañeras llenas de agua templada y caliente para los que quieran meterse en ellas. Es costumbre que el bañista vuelva a tomar un baño frío antes de salir al exterior.
Personal especializado ofrecía masajes a quien lo solicitaba, y era posible cambiar la temperatura por medio de una cadena con la que se abría o se cerraba la apertura del horno tapada por unos escudos. De esta forma se elevaba el aire caliente y el vapor, calentando los ladrillos, mientras que el agua entraba a presión a través de tubos de cerámica por conducciones preparadas en las paredes que se han conservado hasta nuestros días.
En 1993 se descubrió una sala de descanso en la zona oriental, donde se repusieron 19 columnas de estilo jónico.
En nuestra visita las misiones arqueológicas sirias continuaban sus operaciones de levantamiento y sondeo para delimitar la situación definitiva de los baños, ahora suspendidas por el conflicto.

Bab al-Hawa. Entrada a la ciudad
Mercado Subterráneo

Arco del Triunfo

Arco del Triunfo

Baños Públicos

Baños Públicos

Baños Públicos

Licencia Creative Commons
Textos:Los lugares arqueológicos de Bosra por Dureid Miqdad se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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Fotografías por Carmen Dorado Vedia se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.


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