miércoles, 30 de octubre de 2013

EL SUICIDIO Y EL CANTO de Sayd Bahodín Majruh



Anoche estaba junto a mi amante, ¡oh velada de amor
que nunca volverá!
Como un cascabel, con todas mis joyas, estuve
tintineando en sus brazos hasta bien entrada la noche.

¡Oh, Dios mío! Me envías de nuevo la noche oscura.
Y de nuevo tiemblo de la cabeza a los pies, pues debo 
entrar en el lecho que odio.

A tu lado soy hermosa, boca tendida, brazos abiertos.
Y tú, como un cobarde, te dejas mecer por el sueño.

Si buscas el calor de mis brazos, debes arriesgar 
la vida,
pero si estimas tu cabeza, abraza el polvo en vez
del amor.

 
  



En los valles agfanos y en los campos de refugiados de Paquistán, las mujeres pastún improvisan cantos de gran intensidad y fulgurante violencia: los landays (breves). Esta forma poética limitada a dos versos crea una instantánea de emoción, apenas un grito, un furor, una puñalada en el pecho. Estos poemas, dotados de un marcado ritmo interno, hablan de amor, honor y muerte, y, valiéndose de estos temas, de rebeldía siempre. Sin duda, nunca un canto tan breve reveló tanto de la inhumana condición de la mujer y de la orpesión que la reduce al estado de objeto doméstico y la somete al códico pueril de los hombres. Privada de libertad y vejada en sus deseos y su cuerpo, a la mujer pastún no le queda otra salida posible que el suicidio o el canto...


Sayd Bahodín Majruh
Nacido en Afganistán en 1928 y asesinado en Peshawar (Paquistán) en 1988, se doctoró en filosofía en la Universidad de Montpellier, fue decano de la facultad de Letras de Kabulo y gobernador de la provincia de Kapiça. Tras la invasión soviética de Afganistán se exilió en Peshawar, donde fundó el Centro afgano de información, que difundió por el mundo entero reportajes y análisis sobre la resistencia. 
Es autor de una extensa epopeya, Ego-Mostruo, la obra poética más importante de la literatura afgana del siglo XX. 
Heredero de Omar Jayyam, Sana'i y Rumi, pero también de Montaigne y Diderot, Sayd Bahodín Majruh poseía un perfil de humanista irreductible, que trata de transmitir André Velter en su posfacio titulado "El explorador de medianoche".

El suicidio y el canto
Autor: Sayd Bahodin Majruh
Ediciones del oriente y del mediterráneo 
 

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