martes, 1 de octubre de 2013

DAMASCO / 6



Casas y Palacios de Damasco
Dice Gonzalo Ugidos que Damasco es un libro que se lee con los pies: paseando.
Pasear sin prisas por Damasco era uno de los mayores placeres que el visitante podía disfrutar en la ciudad del jazmín. Perderse en los zocos, por los callejones e ir descubriendo las casas de la ciudad vieja.
La construcción de estas hermosas mansiones venía de la idea de crear un paraíso personal. Para mitigar los ardientes veranos de la ciudad se construía la casa en torno a un patio dotado de fuentes y jardines con naranjos, rosales y jazmines. Una parte de ese patio estaba cubierta por un techo de madera policromada e iluminada por lámparas de cristal. Los pisos de mosaico y mármol llevaban incrustaciones de madreperla.
En Damasco existían unas trescientas casas, algunas muy deterioradas, por ello el Departamento de Antigüedades de Siria intentó paliar esta situación adquiriendo algunas de ellas y una vez restauradas utilizarlas como Museos, sedes oficiales. Otras muchas han sido reconvertidas en Restaurantes o en Hoteles familiares.
Su construcción data de los siglos XVIII y XIX cuando la dominación otomana.
A mí en particular me recordaron mucho a las casas cordobesas.

Beit Aqqad
Es una de las más antiguas. Su construcción se realizó en el siglo XV (época mameluca) después de la destrucción de la ciudad a manos de los mongoles.
En el siglo XIX fue residencia de la familia Akkad y posteriormente convertida en escuela. Al pasar el tiempo se fue deteriorando hasta quedar en ruinas. En el año 1996 fue remodelada y convertida en el Instituto Danés de la Cultura, donde se ofrece una variada actividad cultural, científica, arqueológica y lingüística.  Tenía dos dependencias abiertas al público. La de invierno, forrada sus paredes con maderas policromadas. La estancia para el verano estaba recubierta de mármol y mosaicos.

Beit Nizan
Es una de las más grandes y bellas de Damasco. Construida en el siglo XVIII alrededor de dos grandes patios con naranjos y rosales, estaba diseñada según la mentalidad de la época y su forma de vivir tradicional. Dividida en tres secciones: el Haremlek (la zona para las mujeres), el Hademlek (zona destinada a la servidumbre) y el Salemlek (la zona reservada a los huéspedes).
Las paredes de las habitaciones están ricamente adornadas de grabados y los techos cubiertos de madera decorada con tinta de oro. Su aposento más importante es el Salón de Oro.
A mediados del siglo XIX fue sede del Consulado del Reino Unido.

Beit as-Sibai
Es pequeña y muy acogedora. Durante la década de los noventa fue la residencia del embajador alemán.
En la actualidad era utilizada para recepciones oficiales.

Palacio Dahdah
Es una vivienda particular del siglo XVIII construida por un Pashá turco y cuya propiedad detenta la familia Dahdah. Dentro de la vivienda hay una tienda de antigüedades.
La entrada se abre a un amplio patio circundado por dieciocho habitaciones. Una de ellas es el diwan abovedado con la parte frontal abierta por un arco, donde los anfitriones recibían a los invitados. La dueña, una mujer mayor muy amable, nos explicó que aún se sigue utilizando.

Maktab Anbar
Construida en el siglo XIX por un judío (millonario y extravagante) al volver de la India, terminó arruinándose y tuvo que venderla. Fue restaurada y convertida en un Centro Cultural. Está decorada con llamativas vidrieras de colores, patios espaciosos y sus salas y techos muy ornamentados.

Beit Jabri
Construida en 1737 fue propiedad de Mohammad Talaat, padre del poeta sirio Shafiq Jabri (1905) durante los años de dominación otomana hasta 1973.
En la actualidad albergaba un café y un restaurante. El patio siempre estaba lleno de grupos de jóvenes tomando té o fumando un narghile. Era un lugar muy agradable para sentarse a comer.







Palacio de la cultura
Es el modelo típico de casa damascena. Su superficie ocupa cuatro mil metros cuadrados que se construyeron entre los años 1867 y 1878, cuando fue confiscada por el gobierno otomano a su dueño por deudas fiscales, convirtiendo el edificio primero en biblioteca, luego en escuela pública, en la década de los cuarenta albergó la escuela de trabajos manuales para mujeres y en 1974 en Liceo.
En el año 1971 se inauguró como Palacio de la Cultura Árabe. Desde 1988 es la sede permanente de la Comisión para la protección del antiguo Damasco.
Su decoración está inspirada en el legado artístico y la ornamentación árabe islámica, que varía desde el arabesco al rococó europeo clásico.
Los temas ornamentales son muy variados (plantas, geométricos y caligráficos inspirados en racimos de uva, rosas, jazmines y letras árabes de variada geometría).
En la entrada hay grabado un emblema otomano que da fecha a la reconversión de la casa en escuela.

Palacio Kasser al-Azem
Es uno de los más famosos edificios de Damasco. En el año 1749 el gobernador de Damasco Azad Pashá Azem mandó construir este palacio. Tras ser expropiado en 1920 estuvo abandonado hasta que en 1954 fue convertido en Museo de las Artes y Tradiciones Populares.
Con hermosos jardines, piedra policromada, mármoles espléndidos, fuentes en cascada y flores llenas de fragancia, es un ejemplo impresionante de una antigua mansión damascena.
Está dividido en tres secciones: el Haremblek (zona exclusiva para las mujeres); el Hademlek, lugar destinado a la servidumbre (cocina almacenes) y un baño turco particular; y el Salemlek dedicado a la recepción de los huéspedes. Esta sección está conectada con el haremblek por pasillos angostos con pequeños transportadores para distribuir la comida.





  

























Después de vagar por salones orientales; oir el murmullo de las fuentes, el canto del ruiseñor; aspirar la fragancia del jazmín y sentir la influencia de ese embalsamado clima, me surgió la idea del cuento "A las puertas del paraíso" incluido en mi libro Tras las huellas de Sherezade.


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Casas y Palacios de Damasco por Carmen Dorado Vedia se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

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