jueves, 19 de septiembre de 2013

DAMASCO / 1



En la noche trescientos cuarenta y tres, Sherezade le contaba al sultán:

(…) de pronto se hizo un resplandor por Oriente. Y en la cima de la montaña apareció la luna, iluminando un cielo y una tierra con un parpadeo de ojos. Y a sus plantas se desplegó un espectáculo que les contuvo la respiración (…)

Estaban viendo una ciudad de ensueño: era Damasco.

La reina de las aguas, la de los cielos benignos, la esmeralda del desierto, como ha sido llamada desde la antigüedad, está situada en el bello Oasis del Ghuta, descrito como uno de los paraísos terrenales.
Bañada por los ríos Barada y Aawah, a novecientos metros sobre el nivel del mar, con una superficie de seiscientos kilómetros cuadrados, rodeada de montañas y abierta por el Este hacia el Badiya (desierto sirio), se encuentra la capital de Siria.
Cuenta la leyenda que el profeta Mahoma nunca llegó a entrar en Damasco, ya que al observar la ciudad desde el monte Qassium dijo que al paraíso sólo se accede al momento de morir.
Todas las ciudades tienen su historia, menos Damasco, porque allí empezó todo y eso, se palpa en el ambiente.
Llamada también Cham por el término histórico que abarcaba toda la zona actual de Siria, Líbano, Jordania y Palestina, es la ciudad más antigua del mundo habitada continuamente.
La capital siria desborda historia.
Ciudad de altos contrastes ha sabido, como ninguna otra, conservar viva la noción romántica de Oriente. Pasear por ella es una constante llamada de atención a los sentidos
Es difícil encontrar una población en el mundo con tanta historia en un espacio tan pequeño como el de su ciudad vieja. Sus zocos, sus bazares, los callejones sin salida, las mezquitas, sus iglesias, las casas otomanas con patios adornados de flores y con una fuente en el centro, vendedores ambulantes y los cafés con sus Cuentacuentos, los teatros de sombras, sus hammam, cautivan y enamoran al visitante. Pasear por sus calles hace que te sientas en medio de un gran museo al aire libre.
Descrita como la Ciudad de Jazmín, es un importante centro de artesanías con fama internacional. El brocado (Damasco) es un tejido de seda originario de esta ciudad y es considerado el mejor y más refinado regalo que se puede ofrecer a una mujer occidental.
Aunque no es la única industria artesanal (hay hasta cuarenta y tres tipos diferentes de manufacturas artesanales). La ebanistería, el mosaico, la orfebrería, la alfarería y el vidrio artesanal son características de la zona.
Damasco es una escena folklórica en sí. Los taxis y camiones van enjaezados (como si fueran caballos árabes de pura raza) con collares, azulejos, amuletos o simplemente con escrituras (poemas, aleyas del Corán, etc.).
Los yacimientos arqueológicos indican que fue habitada desde siete mil años antes de Cristo.
Según la tradición semítica la ciudad fue construida por Girón, nieto de Sem, hijo de Noe.
Los historiadores árabes musulmanes comentan que Abraham vivió en Damasco y que en sus alrededores se establecieron Adán y Eva tras su expulsión del paraíso.
Asirios, babilonios, persas, nabateos, macedonios, seléucidas, griegos y  romanos, se establecieron en Damasco hasta que en el año 635 llegaron las tropas árabes musulmanas y liberaron el país del dominio bizantino.
Desde entonces empezó la época islámica con el califato de los compañeros del Profeta (634-661) y más tarde con la dinastía Omeya (661 – 799).
Estos años representaron la cumbre de la prosperidad para Damasco, siendo esta capital religiosa, política, administrativa y cultural del imperio Omeya que llegó a extenderse desde China hasta España. Los califas Omeyas procuraron ofrecer a la ciudad todas las atenciones posibles y traer a esta los mejores intelectuales. Durante esta etapa la Iglesia de San Juan Bautista se convirtió en la gran Mezquita Omeya.
En el año 750 empieza el período Abbasí.
Posteriormente los fatimitas renovaron la ciudadela y la fortaleza.
Los cruzados intentaron, sin éxito,  ocupar la ciudad en tres ocasiones.
Entre los años 1154 y 1173 el sultán Nur Eddin Zenki realizó importantes obras en la ciudad. Construyó el Bimarestán Nouri, la Madrassa Omariye, el Hammam y renovó las murallas y sus puertas. Tras su muerte fue sucedido por su hijo Ismael.
En 1117 el sultán Saladino fue coronado oficialmente y empezó un reinado que duró 26 años, durante los cuales logró unir Egipto y Siria. Le sucedió su hermano el rey Adel (1193) en cuya era prosperaron la fabricación de tejidos, joyas, vidrio y el comercio con Italia.
Bajo el mandato de Hulauk Damasco fue conquistada por los mongoles, que saquearon, destruyeron y mataron a la mayoría de sus habitantes.
Fue en el año 1516 cuando las tropas otomanas entraron en la ciudad, dando comienzo a un dominio que duró más de cuatrocientos años.
Durante este período Damasco representó un importante papel comercial y fue el punto de partida para los miles de peregrinos que se dirigen todos los años a La Meca.
Lawrence de Arabia junto a las fuerzas de la gran revolución árabe logró liberar la ciudad del control otomano (año 1918) asignando al emir Faisal Ben Hussein como rey de Siria.
En 1920 las tropas francesas entraron en el país tras derrotar al ejército sirio en la batalla de las colinas de Maysalun. Los franceses impusieron su mandato en Siria, creando el estado del Líbano y cediendo la provincia siria de Antioquía a Turquía, a pesar de que en el referéndum la respuesta de los habitantes fue permanecer dentro de las fronteras sirias.
El protectorado francés duró hasta 1946.
(…) Un jardín del Edén, lleno de cúpulas henchidas y de minaretes resplandecientes, cuyas deslumbrantes lunas crecientes están engastadas en todos los matices del verde (…) Misteriosa, exótica, antiquísima, llamada la elegida y mencionada en el libro del Génesis (…) En invierno, salpicada de luces se ahoga en un viento frío mientras la luna dentada va abriendo venas blancas en la sombra del monte Qassium (…)
Así describe Damasco Edwar Rice, cronista de Richard Francis Burton.

DAMASCO DESDE EL MONTE QASSIUM

CARAVASAR ASSAD PACHA

LA CIUDADELA

ORATORIO DE LA GRAN MEZQUITA OMEYA

PALACIO DE AZEM


PATIO DE LA GRAN MEZQUITA OMEYA

MONUMENTO A SALADINO. AL PIE DE LA CIUDADELA

COLUMNAS DEL ANTIGUO TEMPLO DE JÚPITER


ZOCO AL-BZOURIEH
ZOCO AL-HAMIDIYEH


CAFÉ TRADICIONAL DONDE SE REUNEN LOS CUENTACUENTOS

AUTOBÚS ENJAEZADO

MONUMENTO A YUSSUF AL-ASMA (Foto tomada desde el Restaurante ABU KAMAL)

MAUSOLEO DE SALADINO

BÓVEDA DEL TESORO. MEZQUITA OMEYA




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