Hay en Siria, en la Siria que conocí, un ambiente relajado y tolerante. Prueba de ello es que en un país de mayoría musulmana existen, a escasos kilómetros de Damasco, unas aldeas cristianas de las que los sirios se sienten muy orgullosos.
Situadas en la campiña damascena dentro de enclaves muy bellos su recorrido nos hizo retroceder en el tiempo.
Sednaya صيدنايا
Su significado en arameo es zona de caza. Situada a mil quinientos metros sobre el nivel del mar y a veintisiete kilómetros al norte de Damasco, guarda uno de los iconos más famosos de la región, el de Nuestra Señora.
Cuenta la leyenda que el emperador Justiniano al cruzar Siria, en su marcha hacia Jerusalem acampó con sus tropas en este paraje. En su desesperación por la falta de agua, vio a una gacela a la que persiguió para dar caza. La gacela le condujo hasta un manantial de agua y, cuando el emperador se disponía a disparar con su arco la gacela se convirtió en un icono de la Madre de Dios que extendiéndole una mano le dijo: en lugar de matarme construirás para mí una iglesia en este lugar. El emperador al regresar junto a sus tropas les contó lo sucedido y dispuso todo para construir lo que hoy se conoce como el santuario de Nuestra Señora de Shagura.
El santuario, todo de piedra blanca resplandece a la luz y hasta deslumbra, está custodiado por monjas ortodoxas. Todas vestidas de negro que cubren su cabeza con un bonete del que cuelga un pañuelo que anudan bajo la barbilla.
A 56 kilómetros al noroeste de Damasco, en el Djebel Qalamoun que forma parte de la cordillera del Antilíbano se encuentra Maalula (معلولة).
Su nombre procede del arameo Ma’loula que significa entrada.
Es una peculiar e interesante aldea de casas del color arena y pintadas de azul plata que cuelgan de las escarpadas paredes de un acantilado.
La mayoría de los cristianos locales pertenecen a la Iglesia Greco-Católica Melquita.
Está considerada una de las últimas poblaciones donde se sigue hablando el arameo.
En Maalula visitamos el Monasterio de Mar Sarkis, dedicado a los dos legionarios romanos (San Sergio y San Bajos) convertidos al cristianismo bajo el reinado del emperador Maximiano. De estilo bizantino, fue construido sobre las ruinas de un templo pagano (siglo VI).
Tiene una característica única en el mundo que es su altar. Es una gran mesa cóncava de una sola pieza de mármol en forma de medio círculo con un filo de siete centímetros en su borde. El monasterio es propietario de una interesante colección de inconos que van desde el siglo XVI al XVIII.
Otro de los atractivos de Maalula es el Convento de Mar Taqla. Construido sobre una gruta que, según cuentan, se abrió para que la Santa pudiera escapar cuando era perseguida por los romanos.
En nuestra subida al santa santorum donde se custodian los restos de Santa Tecla, nos cuzamos con peregrinos musulmanes que vienen desde Irán.
Es un lugar muy venerado tanto por cristianos como por musulmanes.
En nuestra subida al santa santorum donde se custodian los restos de Santa Tecla, nos cuzamos con peregrinos musulmanes que vienen desde Irán.
Es un lugar muy venerado tanto por cristianos como por musulmanes.
Junto a la higuera hay una pequeña oquedad de la que emana agua de un manantial. Nos explican que es un agua sagrada (en los carteles se advierte) y que por tanto está custodiado veinticuatro horas al día por las monjas, únicas a las que se les permite tomar pequeñas dosis que entregan en botellas a los peregrinos que así lo solicitan.
Las casas en Maalula parecen surgir de la roca.
Y muchas de ellas parece que en cualquier
momento van a precipitarse al vacío.
Sus habitantes dicen vivir muy tranquilos
pues consideran que la Santa les protege.
Otra de las peculiaridades de Maalula es su pequeño Siq, de un kilómetro aproximadamente, que puede recorrerse a pie. La entrada se inicia bajo la iglesia de San Sergio y San Bajos y desemboca en el convento de Santa Tecla. A lo largo de su recorrido se aprecian numerosos nichos donde antiguamente vivían los ermitaños.
Por último y tras una escarpada subida llegamos al punto más alto de la sierra del Qalamoun donde se encuentra el convento de Shirobin (convento de los ángeles).
Para acceder a él hay que franquear una puerta de madera en cuyo dintel hay unas inscripciones en arameo.
Mientras recorremos el complejo vemos llegar un autocar escolar del que se bajan algunos niños que viven en el orfanato.
Se nos acercan. Nos miran con curiosidad. Charlamos con alguno de ellos y después se despiden de nosotros.
Esto nos sucedería en muchos lugares de Siria. La curiosidad, la amabilidad, la simpatía y hospitalidad son características que definen perfectamente a los sirios.
La panorámica desde allí es fabulosa pues se domina toda la sierra del Qalamoun.
Siria: Las Aldeas Cristianas por Carmen Dorado Vedia se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Precioso Carmen. Fotos y texto. Sigue deleitándonos con tus vivencias.
ResponderEliminarMarieta, muchas gracias por dejar tu comentario.
ResponderEliminarEs tanta la importancia de un pequeño comentario que si lo supieran todos los que nos leen no dejarían de hacerlo. Son una parte de esa fuerza que anima a continuar en esta deliciosa tarea de escribir.
ResponderEliminarQué cierto Marieta. Una de las razones que nos lleva a escribir es, precisamente, para que otros nos lean y nos den su opinión sobre lo que escribimos.
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