Las monjas del asilo tienen el huerto más fecundo de la comarca.
De laudes a tercia riegan, cosechan y limpian de maleza.
Antes de nona, asean a los ancianos y les dan de comer.
Al llegar completas se desnudan en las camas de los viejos para darles calor. Si alguno se queda tieso, rezan una oración y antes de que toquen a maitines lo entierran junto a las calabazas, los tomates y los pepinos.
Carmen Dorado Vedia
Este cuento está publicado en el libro Y USTED ¿DE QUÉ SE RÍE? de la Colección De Lirios del Taller. Edición de Clara Obligado. Diseño de Myriam Cea.
Frutos de la caridad por Carmen Dorado Vedia se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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