En este libro Clara Obligado nos propone, en la primera página, dos itinerarios de lectura: uno lineal, y en el que percibimos la trama policíaca y la historia de la familia Lejárrega; y otro que los lectores podemos organizar a nuestra voluntad, y en el que aparecen historias que tienen algunos puntos en común.
Con gran maestría Clara Obligado nos introduce, en el primer cuento Un cadáver en la biblioteca, en la alta sociedad del Buenos Aires de 1936. A partir de este relato, la autora va tejiendo una red de historias en la que sus lectores quedamos atrapados.
Como un maestro relojero que escoge las mejores piezas para sus máquinas; como los artesanos bizantinos que elegían las teselas más bellas para sus mosaicos; o cómo esas tejedoras de alfombras (personaje del cuento La Sangre) que preparan la urdimbre, y que mezclan en su lanzadera sedas de distintos colores para crear los tapices más exclusivos, Clara Obligado ha sabido aunar, en los dieciocho cuentos que reúne el libro una intriga policial, una sociedad a punto de extinguirse, el horror de la guerra y de los desaparecidos, las grandes historias de amor, con sus luces y sus sombras, y la propuesta de escapar a situaciones terribles a través de los sueños o de la imaginación.
Enganchada desde las primeras páginas, mi fascinación por la escritura de Clara Obligado crecía con cada cuento, con cada historia, con cada personaje. He leído y releído cada uno de ellos deleitándome en los objetos y la importancia de éstos en el tejido de la historia.
Me ha divertido, emocionado, he sentido el miedo, la esperanza. Un libro que me ha gustado mucho, muchísimo, y que recomiendo a todos los amantes de la buena literatura.
Fragmentos:
Enganchada desde las primeras páginas, mi fascinación por la escritura de Clara Obligado crecía con cada cuento, con cada historia, con cada personaje. He leído y releído cada uno de ellos deleitándome en los objetos y la importancia de éstos en el tejido de la historia.
Me ha divertido, emocionado, he sentido el miedo, la esperanza. Un libro que me ha gustado mucho, muchísimo, y que recomiendo a todos los amantes de la buena literatura.
Fragmentos:
(...) las niñas subieron a la alfombra mágica, que erizada por el viento, pegó un corcovo, pareció ondularse y comenzó a volar (...) del cuento La peste
(...) Eran las doce y cinco de una noche sin luna. Haciendo equilibrios, con la bandeja del oporto y las copitas tintineantes, entró en la biblioteca (...) del cuento Un cadáver en la biblioteca
Europa es un sueño que solo existe en la mente de los latinoamericanos y abarca Francia, España, Italia e Inglaterra (...)
(...) Cruzaban el Atlántico en el mismo buque pero, mientras unos viajaban casi en bodega, otros lo hacían en el cielo de la primera clase (...) del cuento Europa
(...) Llevaba horas vagabundeando por las calles llenas de soldados cuando encontró un portal abierto. Debía de ser uno de esos apartamentos que los ricos abandonaban huyendo de la guerra, cerrados con siete llaves, pero con los cristales reventados (...) del cuento Nada útil
En el principio un viento sopló sobre la tierra y el verbo se hizo sangre, savia en las plantas, rojo hemoglobina en los peces (...) del cuento La sangre
(...) primero se busca un muerto y se lo pone en las primeras páginas, después, un culpable, que aparece en las últimas y, con esos dos datos bien plantados, se enreda una madeja durante doscientas páginas. Es un buen truco, pero en la vida no sucede así. La vida es puro azar, querido mío, y la muerte juega a los dados (...) del cuento El efecto coliflor
(...) Luego, como recuerdo, entregó a cada uno una pieza de la enorme vajilla de Sévres con sus brillos de oro. La pomposa sopera con patas fue para el mayordomo, para el último palafrenero, una tacita de café que parecía de juguete. A Edmund la ceremonia le pareció un ritual religioso, como si los criados estuvieran comulgando con hostias azules. Tardaría en comprender que, con esa liturgia de porcelana, le estaban ampuando, a la vez, la patria y la infancia (...) del cuento Porcelana
(...) Una vez Sonia me dijo que, para ser feliz, bastaba con salir de ti misma (...) Querida hermana: me he pasado media vida inventando ficciones, cómo me gustaría ahora que me cuenten la verdad.
Quizá uno inventa ficciones para darle sentido a los naufragios (...) del cuento Verano
(...) Eran las doce y cinco de una noche sin luna. Haciendo equilibrios, con la bandeja del oporto y las copitas tintineantes, entró en la biblioteca (...) del cuento Un cadáver en la biblioteca
Europa es un sueño que solo existe en la mente de los latinoamericanos y abarca Francia, España, Italia e Inglaterra (...)
(...) Cruzaban el Atlántico en el mismo buque pero, mientras unos viajaban casi en bodega, otros lo hacían en el cielo de la primera clase (...) del cuento Europa
(...) Llevaba horas vagabundeando por las calles llenas de soldados cuando encontró un portal abierto. Debía de ser uno de esos apartamentos que los ricos abandonaban huyendo de la guerra, cerrados con siete llaves, pero con los cristales reventados (...) del cuento Nada útil
En el principio un viento sopló sobre la tierra y el verbo se hizo sangre, savia en las plantas, rojo hemoglobina en los peces (...) del cuento La sangre
(...) primero se busca un muerto y se lo pone en las primeras páginas, después, un culpable, que aparece en las últimas y, con esos dos datos bien plantados, se enreda una madeja durante doscientas páginas. Es un buen truco, pero en la vida no sucede así. La vida es puro azar, querido mío, y la muerte juega a los dados (...) del cuento El efecto coliflor
(...) Luego, como recuerdo, entregó a cada uno una pieza de la enorme vajilla de Sévres con sus brillos de oro. La pomposa sopera con patas fue para el mayordomo, para el último palafrenero, una tacita de café que parecía de juguete. A Edmund la ceremonia le pareció un ritual religioso, como si los criados estuvieran comulgando con hostias azules. Tardaría en comprender que, con esa liturgia de porcelana, le estaban ampuando, a la vez, la patria y la infancia (...) del cuento Porcelana
(...) Una vez Sonia me dijo que, para ser feliz, bastaba con salir de ti misma (...) Querida hermana: me he pasado media vida inventando ficciones, cómo me gustaría ahora que me cuenten la verdad.
Quizá uno inventa ficciones para darle sentido a los naufragios (...) del cuento Verano
Sobre la autora:
Clara Obligado nació en Buenos Aires. Exiliada política de la dictadura militar, desde 1976 vive en España. Es Licenciada en Literatura, y ha dirigido los primeros talleres de Escritura Creativa que se organizaron en este país, actividad que ha llevado a cabo para numerosas universidades y diversas instituciones y que realiza de forma independiente. En 1996 recibió el premio femenino Lumen por su novela La hija de Marx. Ha publicado con Páginas de Espuma las antologías Por favor, sea breve 1 y 2, señeras en la implantación del género en España, y los volúmenes de cuentos Las otras vidas y El libro de los viajes equivocados, que mereció el IX Premio Setenil al mejor libro de cuentos de 2012. Tiene numerosos libros de ensayo, y es colaboradora en medios periodísticos. Su obra ha sido traducida a diferentes idiomas.
Sobre la edición:
Editado por Páginas de Espuma. Madrid (España)
Diseño de la cubierta:
Julieta & Grekoff, 2015
Del origami o papiroflexia:
Isabel Lafuente, 2015
Clara Obligado nació en Buenos Aires. Exiliada política de la dictadura militar, desde 1976 vive en España. Es Licenciada en Literatura, y ha dirigido los primeros talleres de Escritura Creativa que se organizaron en este país, actividad que ha llevado a cabo para numerosas universidades y diversas instituciones y que realiza de forma independiente. En 1996 recibió el premio femenino Lumen por su novela La hija de Marx. Ha publicado con Páginas de Espuma las antologías Por favor, sea breve 1 y 2, señeras en la implantación del género en España, y los volúmenes de cuentos Las otras vidas y El libro de los viajes equivocados, que mereció el IX Premio Setenil al mejor libro de cuentos de 2012. Tiene numerosos libros de ensayo, y es colaboradora en medios periodísticos. Su obra ha sido traducida a diferentes idiomas.
Sobre la edición:
Editado por Páginas de Espuma. Madrid (España)
Diseño de la cubierta:
Julieta & Grekoff, 2015
Del origami o papiroflexia:
Isabel Lafuente, 2015
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