lunes, 7 de julio de 2014

COLECCIÓN EL PEZ VOLADOR

Conste que no me gusta andar en dimes y diretes.
Ya se sabe que al más pinto de la paloma se le va un comentario de vez en cuando pero, mi problema es que... siempre me veo envuelta en algún runrún. Yo no soy la que saca el chisme, cuando comienzo hablar ya lo sabe hasta el pipisigayo. Lo único que hago es propagarlo (...)

Del cuento que da título al libro ¿Habla usted cubano?

La vida de todos los días tiene, en este primer libro de Marieta Alonso Más, un espejo amablemente esperpéntico. Desde el idioma, siempre cuestionado, a las relaciones familiares o de pareja, desde la nostalgia del propio país, tantas veces transitada, a la temible vida ordinaria, todo es visto por la autora con el prisma de un humor que va del rosa al gris, y del gris, al negro. No hay que dejarse engañar por la engañosa sencillez de estas historias, no hay que confundirse con su aparente ingenuidad. Partiendo de los pequeños deseos de la gente más normal, Marieta Alonso ilumina la existencia desde los ángulos más incómodos. Y, por si fuera poco, la diversión está asegurada.
CLARA OBLIGADO
Debo al destino y la casualidad el resultado de esta historia. Al destino porque fue quien me llevó hasta allí. A la casualidad porque me encontré en el sitio y el momento adecuados.
Tan solo llevaba un año trabajando en la empresa familiar cuando mi abuelo, único administrador, consideró que me vendría bien viajar. Con el pretexto de comprar seda me envió a Damasco. Así, con una maleta semivacía y la billetera repleta, llegue a la ciudad azafranada (...)

Del cuento que da título al libro Tras las huellas de Sherezade

Un libro sobre la alegría y la dificultad de vivir, sobre el placer y el dolor, sobre el pasado suntuoso que es urdimbre del miedo. Un libro sobre la belleza de la noche en Oriente, y sobre las noches en las que las sirenas de la guerra no dejan conciliar el sueño. Sobre el encuentro y el desencuentro. La violencia y el amor. Sobre la necesidad de contar una historia, y el deseo imperioso de olvidarla. Una punzante reflexión sobre los tiempos difíciles.
CLARA OBLIGADO

La letra A de su nombre bordada en el juego de novia era demasiado gruesa, pensó Aurora mientras la raspaba con el dedo. Pero su madre se había empeñado. 
Su madre era una mujer enérgica para todo, excepto para la labor. Siempre estaba echando puntos en unas agujas rojas, siempre lo deshacía para volver a empezar (...)

Del cuento que da título al libro Las buenas intenciones

El mundo de las apariencias, de las buenas maneras, esconde ciénagas insondables, reflejos de una vida que se escapa hacia las zonas oscuras. Es el resquicio de la finesse que oculta la dureza de vivir, los cambios de luz imperceptibles entre los que se teje la tragedia. Me gusta particularmente esta literatura que crece en la estela de Edith Wharton y que está hecha de tonos y olores, de climas sutiles y bien tramados, siempre despojada de dogmas, de certezas. ¿Le apetece probar este plato? Está hecho con ingredientes sofisticados y es para paladares fuertes.
 CLARA OBLIGADO 

Jacinto Fernández era hijo del carnicero. Cuando iba a la escuela, su madre le metía una fiambrera de costillas en la mochila y todo él olía a cerdo. No le gustaba aprender y tenía informes de mala conducta. Su padre le dio el primer aviso con donce años:
-Si no quieres estudiar tendrás que trabajar (...)

Del cuento Cerdos incluido en el libro Nunca Llegarás a Nada

Entre lo cotidiano y lo raro, entre la burla y la ternura, entre la racionalidad y el absurdo, los cuentos de Manuel Moreno se sitúan en ese terreno corrosivo que se abona con humor y se afianzan en la mejor tradición de la literatura española: el esperpento. Una visita al supermercado, un ligue, un viaje al extrarradio de Madrid o un paseo por Asturias. Los temas son comunes al lector más común pero se ven transformados por las poderosas armas de la risa. Leer a Manuel Moreno es siempre un placer y una sorpresa, un desequilibrio en el ámbito de lo serio, un sano ejercicio de visión oblicua, un aflojarse la corbata de la formalidad para entregarse a nuevas reglas del juego.
CLARA OBLIGADO

Llegó al barrio en invierno. Lo recuerdo porque aquella mañana me despertó de golpe la pesadilla del escribidor, después de tanto años. Cuando abrí el balcón en busca de aire, entró gélido -aún puedo sentirlo contra mi miedo- y entonces la descubrí bajo los soportales. Estaba envuelta en un abrigo masculino. Lo acoplaba a su cuerpo sujetando el exceso de talla con un ancho cinturón y las mangas dobladas (...)

Del cuento Transeúntes, que da título al libro

Si usted es un transeúnte, y por la calle se encuentra a una mujer que escribe sobre la tapa de un tacho de la basura y se pregunta por qué lo  hace, si ve en la cola del supermercado a una anciana que le llama la atención si, un día cualquiera, se pone a pensar en la monotonía de las parejas que permanecen juntas solo por costumbre, si cree que algo tan simple como tomar un vermú puede convertirse en aventura, si piensa que todas esas pequeñas historias merecen ser contadas porque en ellas se esconde el sentido de la existencia, si valora el humor, la precisión del lenguaje, los ángulos de acercamiento peculiares y la filosofía de lo sencillo, si, además, piensa que la poesía impregna lo cotidiano, entonces, querido lector, está usted ante el libro adecuado.
CLARA OBLIGADO

Vivirán una tarde de agosto en una cala desierta, ella sonreirá a la cámara y él deseará que ese momento se congele. Verán el atardecer abrazados en silencio, apretando sus cuerpos desnudos bajo el agua. La luna marcará el inicio de la cuenta atrás, la última noche cálida para ellos solos, lejos del pueblo, de las miradas sospechosas (...)

Del cuento La nieve lo cubre todo. Incluido en el libro Nido Ajeno

Amor e ironía. Humor, a veces negrísimo, y una ternura inesperada. Relaciones familiares y emociones que se muestran, pero que no se explican. Cotidianeidad y sorpresa. Un universo familiar y, a la vez, incómodo. Comienzos contundentes, que atrapan al lector, y una prosa afilada como un estilete. Historias que nos interpelan desde su sencillez y que, sin golpes de efecto, nos iluminan con un fogonazo casi mágico. Lo que importa, en las historias de Nuria Sierra, es lo que no se dice, la incomodidad de vivir, el vacío de las certezas.
CLARA OBLIGADO

El título de la colección es un homenaje al cuento "Sucedáneo: El pez volador" de HIPÓLITO G. NAVARRO
Directora de la colección: CAMILA PAZ
Diseño: MYRIAM CEA
Publicados por: Talleres de escritura creativa CLARA OBLIGADO

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