PARA NUESTRA PATRIA
Para nuestra patria,
Próxima a la palabra divina,
Un techo de nubes.
Para nuestra patria,
Lejana de las cualidades del nombre,
Un mapa de ausencia.
Para nuestra patria,
Pequeña cual grano de sésamo,
Un horizonte celeste... y un abismo oculto.
Para nuestra patria,
Pobre cual ala de perdiz,
Libros sagrados... y una herida en la
identidad.
Para nuestra patria,
Con colinas cercadas y desgarradas,
Las emboscadas del nuevo pasado.
Para nuestra patria cautiva,
La libertad de morir consumida de amor.
Piedra preciosa en su noche sangrienta,
Nuestra patria resplandece a lo lejos
E ilumina su entorno...
Pero nosotros en ella
Nos ahogamos sin cesar.
PASAJEROS ENTRE PALABRAS FUGACES
Cargad
con vuestros nombres y marchaos,
Quitad
vuestras horas de nuestro tiempo y marchaos,
Tomad lo
que queráis del azul del mar
Y de la
arena del recuerdo,
Tomad
todas las fotos que queráis para saber
Lo que
nunca sabréis:
Cómo las
piedras de nuestra tierra
Construyen
el techo del cielo.
Pasajeros
entre palabras fugaces:
Vosotros
tenéis espadas, nosotros sangre,
Vosotros
tenéis acero y fuego, nosotros carne,
Vosotros
tenéis otro tanque, nosotros piedras,
Vosotros
tenéis gases lacrimógenos, nosotros lluvia,
Pero el
cielo y el aire
Son los
mismos para todos.
Tomad
una porción de nuestra sangre y marchaos,
Entrad a
la fiesta, cenad y bailad...
Luego
marchaos
Para que
nosotros cuidemos las rosas de los mártires
Y
vivamos como queramos.
Pasajeros
entre palabras fugaces:
Como
polvo amargo, pasad por donde queráis, pero
No
paséis entre nosotros cual insectos voladores
Porque
hemos recogido la cosecha de nuestra tierra.
Tenemos
trigo que sembramos y regamos con el rocío de nuestros cuerpos
Y
tenemos, aquí, lo que no os gusta:
Piedras
y pudor.
Llevad
el pasado, si queréis, al mercado de antigüedades
Y
devolved el esqueleto a la abubilla
En un
plato de porcelana.
Tenemos
lo que no os gusta: el futuro
Y lo que
sembramos en nuestra tierra.
Pasajeros
entre palabras fugaces:
Amontonad
vuestras fantasías en una fosa abandonada y marchaos,
Devolved
las manecillas del tiempo a la ley del becerro de oro
O al
horario musical del revólver
Porque
aquí tenemos lo que no os gusta. Marchaos.
Y
tenemos lo que no os pertenece:
Una
patria y un pueblo desangrándose,
Un país
útil para el olvido y para el recuerdo.
Pasajeros
entre palabras fugaces:
Es hora
de que os marchéis.
Asentaos
donde queráis, pero no entre nosotros.
Es hora
de que os marchéis
A morir
donde queráis, pero no entre nosotros
Porque tenemos
trabajo en nuestra tierra
Y aquí
tenemos el pasado,
La voz
inicial de la vida,
Y
tenemos el presente y el futuro,
Aquí
tenemos esta vida y la otra.
Marchaos
de nuestra tierra,
De
nuestro suelo, de nuestro mar,
De
nuestro trigo, de nuestra sal, de nuestras heridas,
De
todo... marchaos
De los
recuerdos de la memoria,
Pasajeros
entre palabras fugaces.
Mahmud Darwish
(Al-Birwa, 1941 – Houston, 2008)
Es uno de los más célebres literatos
árabes contemporáneos. En su trabajo, Palestina se convirtió en una metáfora de
la pérdida del Edén, del nacimiento y la resurrección, así como la angustia por
el despojo y el exilio.
Fue el segundo de ocho hijos de una
familia originaria de la aldea de al-Birwa (próxima a Acre). La aldea fue
destruida por el ejército israelí en 1948 y la familia Darwish se exilió en el
Líbano, donde residió durante un año, tras lo cual volvió a entrar
clandestinamente en el territorio del recién creado Estado de Israel,
estableciéndose en la aldea galilea de Dair al-Asad y luego en la de Al-Yadida.
Mahmud repartió sus estudios primarios entre el Líbano, estas dos aldeas y una
tercera, Kafr Yasif, donde huyó su familia al ser descubierta.
Tras completar su educación secundaria
ingresó ene. Partido Comunista de Israel, trabajando como coeditor de su
revista Al-Fayr (la Aurora),
al tiempo que empezaba a publicar poesía en el diario Al-Hadid (el Nuevo) y en
la revista Al-Ittihad (la
Unidad).
Fue arrestado en numerosas ocasiones
por las autoridades israelíes por su actividad política contra la ocupación de
Palestina.
Finalmente se exilió en Moscú, El Cairo
y Beirut. Allí ingresó en la OLP
(Organización para la liberación de Palestina).
En 1982 volvió a exiliarse tras la
invasión israelí del Líbano. Presidió la Liga de Escritores y Periodistas Palestinos.
En 1996 regresó por primera vez a
Galilea con el fin de visitar a su madre. Vivió entre Ammán y Ramala.
En 2002, durante el asedio del Ejército
israelí a la ciudad de Ramala, Darwish recibió la visita de una delegación del
Parlamento Internacional de Escritores, presidida por el novelista Russel Banks
y compuesta entre otros por José Saramago y Wole Soyinka.
En 2006, Mahmud Darwish visitó España,
donde leyó su poesía en Cosmopoética (Córdoba) y en la Residencia de
Estudiantes (Madrid).
Falleció en Texas (2008) tras una
operación a corazón abierto.
Obra poética
En una primera etapa (1966-1986) su obra
responde a las acuciantes necesidades de denuncia de la tragedia palestina:
- Enamorado de Palestina (1966)
- Nupcias (1977)
- El Fénix moral (1995)
- Mural (2000)
- Como la flor del almendro (2005)
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