sábado, 24 de agosto de 2013

SIRIA: APAMEA


Siguiendo hacia el norte, en la ladera de la montaña Azzawiya, al borde de la llanura del Ghab y frente a la cordillera de  montañas que rodean a Latakia, nos encontramos con los restos arqueológicos de la antigua ciudad de APAMEA.


Esta ciudad comunicaba las zonas del norte con las del sur de Siria y por ella pasaba el camino romano que unía a esta provincia con Antioquía y Constantinopla.

La ciudad greco-romana fue construida por el primer rey de los seléucidas en el año trescientos después de Cristo. Fue llamada Afamia en honor a su bella esposa persa. Gozó de gran esplendor, volviéndose un centro filosófico durante la era cristiana. 

Construida según un plano urbanístico en forma de tablero de ajedrez, ocupa seis kilómetros. Consta de una vía principal (Cardo) que la atraviesa de norte a sur y por dos avenidas paralelas que la atraviesan (Documanos).
Fue destruida en el siglo XII a consecuencia de un terremoto.

La puerta norte, llamada de Antioquía, era la entrada principal a la ciudad de la que solo se conserva el arco central. 
Cerca de ella se encontraba la fuente de agua potable que provenía de un enorme tanque situado tras la avenida del este.







El Cardo Máximo o avenida principal mide mil ochocientos cincuenta metros. 


Está bordeado de columnas tras las cuales se encontraban los locales comerciales. 

Los árabes musulmanes construyeron una pequeña mezquita de la que actualmente solo se conserva el piso.





Tras el pabellón Este se encuentran los Baños Públicos, conocidos como lavabos Fasvizinos (en honor al emperador romano Fasviziano, que fue el primero en imponer a los ciudadanos un tributo para el uso de los mismos). 
A la entrada hay una placa con la siguiente leyenda: “Buena salud y larga vida al emperador Trajano”. De los baños solo se conserva la sección tibia y la caliente.



Caminando por la avenida principal llegamos al Obelisco que marca el centro del Cardo Máximo. Es de proporciones enormes, sustentado por una gran base escalonada.









A continuación, siguiendo por la avenida, se distinguen algunas fachadas de lo que fueron los edificios más importantes.

Al Oeste queda el Teatro. Construido en la época romana sobre la ladera de una pequeña colina fue considerado uno de los mayores del mundo, su diámetro alcanzaba los ciento treinta y nueve metros.



Avanzamos por el Cardo y vemos el Ágora con el templo de Tica (diosa de la suerte y la fortuna) edificado sobre un alto mirador con tres entradas.


Más adelante pasamos por el surtidor de agua. Es una edificación inmensa con un año de quince metros en forma de herradura con un tanque de agua en el medio conectado al acueducto.


Hacia el sur, al fondo, se distingue el Qalaat el Mudiq, donde tuvieron lugar cruentas batallas contra los Cruzados. 








En nuestro recorrido nos encontramos con varios hombres y muchachos que nos ofrecen monedas, lámparas de aceite, etc. Nuestro guía Luis Azim nos comenta que cuando termina la temporada de lluvias (de noviembre a marzo) muchos vecinos de la ciudad nueva se acercan hasta allí para escarbar en los restos de las ruinas. No les compramos nada. En Siria el tráfico de antigüedades está penado con años de cárcel. Mejor no arriesgarse pues vemos que desde una de las colinas cercanas un hombre en moto nos vigila. Pertenece a la policía turística.












Terminamos nuestro recorrido en el que hemos empleado toda la tarde y subimos al coche para trasladarnos a Hama, donde haremos noche.

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SIRIA: APAMEA por Carmen Dorado Vedia se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

2 comentarios:

  1. ¡Ay! ¡Esa época romana y en Siria! Son tan bonitas las fotos que sueñas con paseos por el Cardo Máximo y charlas en el Ágora.

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  2. Desgraciadamente ahora solo nos queda el recuerdo.

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