Hasta hace muy poco un viaje a Oriente tenía siempre cierta aureola de misterio. Nuestros abuelos se lanzaban a la aventura sin más bagaje que unas pocas ilustraciones aparecidas en revistas de viajes, algunos libros un tanto exóticos y, con un poco de suerte, las crónicas de los corresponsales de guerra. Quedaban todavía entonces en la tierra lugares de geografía confusa cuyo misterio acababan de desvelar para sus Sociedades los exploradores británicos. Se hablaba de modos de vida distintos, de músicas que producían pasmo a nuestros oídos acostumbrados al violín y la tenora, de paisajes singulares y espacios infinitos. En definitiva se viajaba a Oriente para marabillarse y descubrir.
Para nosotros en cambio casi todo está visto, fotografiado, comentado, y a no ser que no adentremos en selvas vírgenes o nos perdamos en el desierto, resulta difícil toparnos con la sorpresa y mucho más con la aventura (...)
(...) Salí hacia Damasco el último domingo de abril de 1993 (...) dispuesta a pasar dos meses en un país que entre los vaivenes de la historia, una geografía entre el vergel y el desierto, la precariedad de sus fronteras históricas y las contradictorias noticias que nos llegan de las agencias internacionales, apenas era para mí más que una zona envuelta en la confusión y el misterio.
Todo está dentro de nosotros mismos, incluso los exóticos a tierras de historia y de desierto. Así que consciente de ello inicié mi aventura siria atenta a la luz que había de palpitar tras ella, tal vez porque me pareció comprender con mayor transparencia que otras veces hasta qué punto me correspondía desvelar su oculto significado.
De la claridad de los desiertos, del sumor de las aguas milenarias, de la hospitalidad de sus gentes, del descubrimiento de sus mundos recoletos, en una palabra, de lo que busqué, vi y encontré en Siria, trata este libro.
Con este preludio nos introduce Rosa Regás en su Viaje a la luz del Cham.
Cham o Sham es el término con el que se designa a la Siria histórica. Territorio de Oriente Próximo que comprende los actuales estados de Siria, Líbano, Jordania y Palestina. Aunque también es una de las denominaciones árabes para Damasco.
Cuando leí el libro yo ya había viajado en varias ocasiones a Siria, por lo que no me sorprendió. Sin embargo tengo que decir que reviví muchos de los momentos vividos en la maravillosa e increíble Siria.
Las calles de Damasco, los olores penetrantes de sus zocos, la forma de convivir con sus gentes, la extraña luminosidad de los atardeceres, los mágicos encuentros, que se suceden e intercalan con los viajes por el país: el valle del Orontes, el valle del Éufrates, Palmira, Ciudad Mari, Ugarit, Afamia o Apamea, la otra cara del Mediterráneo, la blanca y señorial Alepo, los Altos del golán, los poblados drusos del sur, los desiertos y sus míticos beduinos.
En el libro de Rosa Regás se alterna la crónica de esos viajes con la reflexión sobre la situación en que se encuentra el país (1993), su actitud frente a Occidente y frente al integrismo, el papel de las mujeres y de los niños, la familia y la religión, salpicados todos ellos de pequeñas anécdotas de la vida cotidiana.
Es un libro rigurosamente fiel a esa mirada sugerente y sensual, ajena por completo al exotismo y el turismo cultural, que recupera para el placer y la experiencia imágenes robadas al tiempo, a la distancia, a la canalización y a la manipulación.
Rosa Regás brinda su compañía al lector para que, paso a paso, se convierta a su vez en un viajero que avanza por ese mundo desconocido y revive y redescubre los lugares donde nació su propia civilización.
Rosa Regás
(Barcelona 1933)
Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona. Trabajó en la editorial Seix Barral (1964-1970), año en que fundó la editorial La Gaya Ciencia y las revistas Arquitectura bis y Cuadernos de la Gaya ciencia (1976). Trabajó como traductora para la ONU en Ginebra, Nueva York, Washington, Nairobi y París (1983-1994). Fue directora del Ateneo Americano de la Casa de América (1994-1998). Fue directora de la Biblioteca Nacional de España (2004-2007).
Novelas:
Azul (premio Nadal 1994)
Luna lunera (1999)
La canción de Dorotea (premio Planeta 2001)
También ha publicado relatos, cuentos, artículos y libros de viajes.
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